Hasta el final de la elección continuó la guerra sucia y si bien no logró mellar los apoyos mostrados en encuestas y mítines, tensó al máximo la efectividad de la autoridad electoral, la que demostró que funciona para servir al poder.
Desde la autorización de candidaturas independientes con evidencias de trampa –pero eran pocas y que tanto es tantito-, hasta la inacción frente a denuncias de robocalls anti AMLO, que el INE en una acción de risa dio plazo para cesar. El INE termina descalificado haciéndose evidente porque su presidente negoció en Los Pinos.
AMLO confirmó lo que decían las encuestas, por mucho que los comentocratas, texto servidores y académicos con aspiraciones a convertirse en intelectual orgánico, intentaron descalificarlas “demostrando” que no sirven con ejemplos tan falsos como su análisis.
Tienen razón los artistas que llaman a pensar en el país independientemente del resultado, y es conveniente explorar los temas urgentes en la agenda nacional que debe emprender el presidente, desde el primer segundo, aún antes de tomar posesión, utilizando el gran bono democrático, ya que se calcula que se llevará 20 millones de votos.
La sociedad habló muy fuerte rechazando este sistema y solicitando que se corrija.
La corrupción es un gran lastre económico, cultural, social y político. La sociedad mexicana se había acostumbrado a vivir con ella y la había internalizado como parte de su forma de vida. Habiendo una tendencia histórica (el diezmo del patrón) Peña Nieto lo alteró de una forma que escandalizó hasta a los priistas (30% y más). Quién regrese al país a los porcentajes históricos será héroe nacional. AMLO tendrá que encarcelar muy rápido por lo menos a dos de los corruptos emblemáticos: Ruiz Esparza y Rosario Robles son buenos candidatos, uno es responsable del socavón y el desfalco con nuevo aeropuerto y la otra es la responsable de la estafa maestra. A los pocos meses de gobierno deberá castigar con rigor al primero que encuentren corrompiéndose. Si eso se reproduce en sus gubernaturas y la CDMX crearán credibilidad y empezarán a limpiar el mugrero.
Desarrollo económico. El gobierno debe crear una estrategia para el desarrollo económico. Hasta ahora se entregó la riqueza nacional, destaca la minería, y los energéticos, a cambio de ganancias personales y muy escasas para el país, especialmente empleos muy mal pagados, empobreciéndose brutalmente a la sociedad. Reforzándose industrialmente el mercado interno, se podrán aprovechar los tratados de libre comercio. Los tratados se firmaron para abrir la puerta de Estados Unidos y se puede sobrevivir al TLCAN acercándose a Europa y Asia, pero teniendo que vender. La recuperación del agro tiene una importancia fundamental, para crear opciones de vida viables, satisfacer la dieta nacional, ampliar el mercado interno y cerrarle la puerta a los carteles del narco.
Relaciones internacionales. México tiene la posibilidad de recuperar su papel como potencia media, lo que le ayudará a negociar con Estados Unidos saliéndose de su influencia. Debe escoger muy bien las causas que abandera y que le traigan ganancias, de imagen, o posición económica. Está obligado a solidarizarse con Centro y Sud América, debe abrir las puertas del refugio a los perseguidos y apoyar a las comunidades en el exterior, especialmente en Estados Unidos.
El Ejército y las fuerzas armadas tiene que dejar las calles. No hay razón para que un país sin conflictos armados invierta una fortuna en equipar fuerza aérea, marina y tener desplegadas fuerzas armadas, que son tan corruptas como el resto del tejido político y que violan los derechos humanos de forma escandalosa. La policía debe hacer trabajo policíaco.
Seguridad. La seguridad tiene un déficit enorme. Cada año se establecen records de homicidios. Urge la amnistía para las víctimas del Narcotráfico, sacar de la cárcel a cultivadores y adictos. Se debe establecer un programa nacional de atención a las adicciones y reconocer que se trata de un programa de salud pública. La campaña contra los carteles debe empezar por cerrarles las fuentes financieras y con una concertación internacional atacar las fuentes de distribución internacionales. Limpiar a las policías y su asociación con los carteles es tema prioritario y de seguridad nacional.
Plan nacional de Educación. Al país le urge elevar calidad y cobertura en educación. Asegurar un nivel técnico con calidad. Se debe elevar el promedio de escolaridad por lo menos a 10 años para 2024 y ampliar el número de estudiantes que terminan bachillerato. Se debe lanzar un programa de educación cívica y adecuar los contenidos educativos a las necesidades nacionales. Ciencia y Tecnología deben ser prioritarias, no solamente para que su efecto caiga como en cascada sobre el resto del sistema, sino para poner las bases del nuevo desarrollo económico.
Amarrar al tigre. La furia social, linchamientos, grupos de autodefensa, son la respuesta social al atropellamiento del Estado de Derecho. Urge fortalecer a la sociedad civil mientras se limpian las policías. Con efectividad gubernamental para la protección social la sociedad volverá a sus cauces, porque no tendrán que defender lo poco que tenían y que los criminales asociados al Estado les han arrebatado.
El gobierno tiene como gran reto reducir la enorme desigualdad y el profundo sistema de privilegio. Aunque no es urgente hay que limpiar los llamados órganos ciudadanos que han creado una burocracia dorada al servicio de los partidos políticos.
Hay que asegurar la rendición de cuentas verdadera y garantizar que el poder judicial vele verdaderamente por las leyes y proteja al Estado de Derecho.
Muchas fuerzas tratarán de descarrilar al gobierno pero deben recordar que el tigre a veces se duerme y hoy el México profundo siente haber ganado y defenderá la victoria.