Este jueves dejo una recomendación de una buena novela: se titula HHhH, escrito por el francés Laurent Binet.

El título es extraño. El autor en realidad quería ponerle Operación Antropoide, pero su editor le sugirió el acrónimo de la frase en alemán Himmlers Hirn heisst Heydrich que, traducida al español, significa: el cerebro de Himmler se llama Heydrich, frase que solía rumorearse en los círculos más altos del poder de la Alemania nazi. Como lo sugiere el título de la novela, el tema está relacionado con uno de los hombres más siniestros del siglo XX: Reinhard Heydrich.

La primera vez que escuché sobre HHhH fue en una reseña que escribió Mario Vargas Llosa: “Un buen libro, como éste, perdura en la conciencia, y es un gusanito que no nos da sosiego con esas preguntas inquietantes: ¿cómo fue posible que existiera una inmundicia humana de la catadura de un Reinhard Heydrich? ¿Cómo fue posible el régimen en que individuos como él podían prosperar, alcanzar las más altas posiciones, convertirse en amos absolutos de millones de personas? ¿Qué debemos hacer para que una ignominia semejante no vuelva a repetirse?”.

HHhH son, en realidad, tres historias. La primera es la biografía de la bestia rubiadel , el número dos del grupo paramilitar de las SS, el diseñador de la “solución final” que envió a millones de judíos a las cámaras de gas y el pequeño dictador de la Checoslovaquia ocupada por los nazis: Reinhard Heydrich. Un hombre que, de la nada, saltó al estrellato en el liderazgo del Partido Nazi gracias a su frialdad y eficacia.

Problema que le mandaba el número uno de las SS, Heinrich Himmler, problema que le resolvía expeditamente su subordinado. Además, a diferencia de su jefe que tenía cara de sapo, Heydrich era el prototipo del ario perfecto, de la supuesta raza superior destinada a gobernar el mundo entero.

La segunda tiene que ver con el operativo para asesinar a Heydrich. En 1941, crecían las rebeliones en contra de los ocupantes alemanes en Checoslovaquia. Hitler y Himmler mandaron a su mejor hombre a aplacarlas.

En pocas semanas, Heydrich, con un espantoso régimen de terror, casi terminó con la resistencia checoslovaca. Cientos de personas fueron asesinadas, detenidas y torturadas.

Desde Londres, el en el exilio envió a dos de sus mejores hombres, uno checo y otro eslovaco, a asesinar al “carnicero de Praga”. HHhH cuenta la fascinante y heroica historia de Jozef Gabčík y Jan Kubiš, quienes una mañana de mayo atentaron en contra de la vida de uno de los hombres más cercanos a Hitler, lo cual, huelga decir, enfureció al dictador quien, entre otros actos de venganza, mandó a destruir todo un pueblo checo, el de Lidice, donde los nazis asesinaron a toda la población, incluyendo a los niños, tumbaron todas las edificaciones y le echaron sal a la tierra para que nadie pudiera habitar ahí nunca más.

La tercera historia es la experiencia del autor al escribir esta novela histórica. Resulta interesante la narrativa de Binet. Sus constantes dolores de cabeza para tratar de descifrar qué pasó en realidad.

Se resiste, por ejemplo, a inventar diálogos (lo hace en pocas ocasiones). Narra, en cambio, sus elucubraciones de lo que ocurrió hace 60 años con los ojos de un autor que vive en el siglo XXI. El resultado es una narrativa fresca y llevadera de un tema tan duro como la de un funesto y eficaz genocida.

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