Desde antes de tomar posesión la derecha exigía la renuncia del presidente de la república, hoy siguen, organizan marchas que no crecen, repiten consignas y ruegan que el los reprima para poder reclamar que ahogan su libertad de expresión. En Guanajuato votaron que se fuera por traición a la patria, aunque tal traición no se encuentra en ningún lado. Más traicionó Fox que animó el evento, pero así es esta derecha cuyos voceros son los que arruinaron al país.

La derecha se opone a todo, rechazan la estrategia de seguridad que no ha tenido la posibilidad de madurar para mostrar su eficacia o no. Es como si le reclamaran a un niño que no ha crecido porque apenas tiene dos años. De cualquier manera no han expresado que tipo de estrategia les gustaría, a menos que estén nostálgicos de la guerra sucia del PRI en los 1970s, o la guerra insensata de Calderón-Peña que causó por lo menos 250,000 muertos. Se trata de No porque No.

Hay un silogismo muy extraño en las posturas de la derecha mexicana porque no busca una construcción argumentativa lógica, sino que enlaza premisas falsas una tras otra. La postura frente a la revocación de mandato es ejemplificadora.

López Obrador prometió en campaña que a mitad del camino se sometería a un referéndum para la revocación de mandato. Sonaba sensato, para qué seguir contentándonos con la noción de que tenemos que aguantar un sexenio de mal presidente, bien se decía “No hay sexenio que dure mil años, ni mexicano que lo aguante”. Si no lo está haciendo bien votemos para que se vaya. La derecha se opone ante este argumento, porque según sus teóricos, lo que realmente quiere López Obrador es cambiar la constitución, cosa que el también anunció, y si cambia la constitución entonces es que se quiere reelegir, cosa que ha negado en todos los tonos. Para reformar la constitución se requiere una mayoría que no tiene MORENA, con lo que los representantes de esa derecha pueden evitar que se apruebe lo que no quieren. Dice entonces la derecha, totalmente mareada, que el referéndum en el 2021 es para influir sobre la elección legislativa buscando que MORENA crezca al nivel de no requerir a nadie más para cambiar la constitución. Si eso les preocupa, pónganse a trabajar para crecer electoralmente, cosa que al parecer no se les da, como acabamos de ver en las elecciones pasadas dónde el PAN perdió dos gubernaturas.

La derecha ha perdido toda credibilidad, al grado de no solo retroceder electoralmente, sino que el simulacro de construcción partidista de los Calderón parece no caminar a ningún lado, porque no convencen a nadie que pueden ser opción político-electoral y es que ya estuvieron en el poder y los resultados que dieron fueron ruinosos. La oligarquía parece no tener o buscar opción partidista, sino golpismo puro y duro.

No es muy difícil de-construir las mentiras que la derecha lanza cotidianamente, tal vez porque es una derecha sin imaginación, al grado que están tratando de copiar una iniciativa francesa (los chalecos amarillos) que no tiene nada que ver con una postura destructiva y aberrante como la mexicana, en Francia luchan contra las políticas derechistas de Macron; tal vez parte del malentendido es que la lectura no se le da mucho a la derecha mexicana y no se entera, pero dentro de su malinchismo, si es francés debe ser bueno.

En charlas con gente bien intencionada que está bombardeada por los mensajes derechistas, no tardan en reconocer que no hay buena información y que creen los mensajes que les envía gente en quién confían, subsanar esta falla es al parecer una tarea pendiente del gobierno.

Un amigo inteligente me dijo: ¿Por qué no habla con ellos? Refiriéndose a la oligarquía golpista, y la realidad es que a ellos no les interesa hablar, solamente les preocupa no perder el régimen de privilegio por el cual atracaron al país y para eso financian una campaña sucia que inunda de noticias falsas las y los medios de comunicación. Una pseudo periodista mintió al aire diciendo que los constructores judíos le pidieron solidaridad “de paisana” a Sheinbaum, así una pedrada mata dos odios, contra el gobierno y contra los judíos.

El contraste de los miles que salieron a marchar otra vez, es la aprobación superior al 70% con que cuenta López Obrador, el veneno no penetra y la sociedad sigue esperanzada en que se pueda revertir un modelo que empobreció a la gente y enlutó sus hogares.

Mi llamado a la derecha. Ya dejen de joder y déjenlo gobernar en paz, si no cumple, prepárense para votar en el referéndum para la revocación de mandato y mándenlo a su casa.

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