El pasado viernes, la Séptima Brigada de la Policía Militar y el Cuerpo de la Policía Militar de la Guardia Nacional contuvieron una caravana de entre 2 mil y 3 mil centroamericanos, cubanos y africanos que desde Tapachula emprendieron camino hacia la Ciudad de México y Tijuana. El agente a cargo de la brigada, al instruir a los efectivos de la Guardia Nacional que iban a contener-detener-deportar a los migrantes, dijo: “nadie va a venir a pisotear nuestro país, nuestra tierra”. Una barbaridad.
Desde que el gobierno de López Obrador le encargó a la nueva Guardia Nacional, es decir, al ejército, la tarea de sellar hasta donde fuera posible la frontera sur, el Istmo de Tehuantepec y la frontera norte, muchos advertimos que estaba colocando a las fuerzas armadas en una situación inmanejable. No están entrenadas para esos propósitos, no lo saben hacer y están imbuidos de una ideología, que muy probablemente comparte un sector importante de la opinión pública mexicana pero que no por eso deja de ser absurda y violatoria del derecho internacional de refugiados, ¿quiénes son los que van a venir a “pisotear nuestra tierra”?
Una de dos. O bien, se trata de migrantes económicos, en su mayoría sin papeles y sin duda transgrediendo la legislación mexicana, vienen a México para buscar trabajo en Estados Unidos. Es decir, están haciendo exactamente lo mismo que millones y millones de mexicanos han hecho desde hace más de un siglo, yendo a Estados Unidos a buscar trabajo, sin papeles, en ocasiones con papeles, y en otros momentos en un limbo jurídico como es el caso de muchos de los centroamericanos.
O bien, se trata de los que llevaban meses en la estación migratoria de Tapachula, esperando algún tipo de documento mexicano, ya sea para viajar al norte, ya sea para conseguir trabajo legalmente dentro de México. Se trata de refugiados, es decir, personas huyendo de una situación de violencia generalizada, o de violencia intradoméstica, o de las pandillas de Honduras, El Salvador y Guatemala, o cubanos huyendo de la dictadura de la Isla. En todos los casos, no son personas que vienen a “pisotear nuestra tierra”: son nacionales de otros países que huyen de los mismos y buscan refugio en México o buscan transitar por México para recibir ese refugio en Estados Unidos.
El encargado de la Séptima Brigada de la Guardia Nacional obviamente no tenía la más remota idea de lo que decía. Simplemente repetía las mismas tonterías nacionalistas y xenófobas que mucha gente en México comparte. Pero precisamente por eso, a ellos no hay que encargarles esa tarea. No pueden con ella, pero además no deben poder con ella.