A diferencia de las medicinas, el gas lacrimógeno, aunque venga del sexenio de Peña si es utilizable,
Los alcaldes se merecen todo el gas lacrimógeno que puedan respirar por haber venido sin guarros que encerraran Chiluca.
Con AMLO, por las malas, con estrategia todo; por las buenas: fúchila huácala, y ni un saludo, ni a las abuelas, ni a las madres de estos provocadores alcaldes que para colmo fueron electos y no impuestos por el en el poder
Habiendo tantos niños sin guardería (por las madres que no quieren pagarlas, claro está) ¿Por qué no tomaron los alcaldes a varios de rehenes, para que AMLO así si mande abrazos?
Cuando se trata de narcos AMLO extiende los brazos y luego se autoabraza hasta que el calor de sus manos se extiende por todo su cuerpo, con vibraciones divinas que le permiten entrecerrar los ojos y con gesto dadivoso enviar mensajes de paz y felicidad a las abuelitas y las madres de los narcos, «que también son humanos, ¿sabe usted?»
Pero cuando se trata de alcaldes inconformes nada más porque les quitan sus recursos y les imponen gastos desde el DF, perdón Claudita, desde la CDMX «menos» corrupta que ha existido desde tiempos de los aztecas, entonces se usa el gas lacrimógeno, porque estos señores alcaldes, a diferencia de los de Culiacán, estos si querían provocar y despertar el lado ‘malo’ de AMLO que al fin, después de un año en el poder absoluto, demuestra que si tiene gas lacrimógeno, que aunque se compró durante el sexenio de Peña, se puede usar (y ni la corrupción, ni las mordidas que repartieron afectan su uso)
Usted puede pensar que AMLO es injusto o que no muerde la mano que lo alimenta, pero estaría equivocado. AMLO respeta a los fuertes y a los estrategas.
Los alcaldes debieron haber venido con sus cuerpos policiales y debieron haber rodeado el campo de golf de Chiluca (el de los militares) y la zona esmeralda de una vez; debieron haber tomado de rehenes a los niños cuyas madres (malosas) no los mandan a las guarderías que ya cuestan y haber amenazado con prenderle fuego a todos los puestos en las calles del CDMX y entonces seguramente hubieran platicado con AMLO amistosamente y este les hubiera mandado besos y abrazos para sus abuelitas y sus madres.
Pero así por las buenas, como gente civilizada, fúchila, huácala ¡eso sí que no!
El tono está aclarado, las líneas marcadas, la reelección soñada -y a prueba en BC-, ya solo nos quedan cinco años (más los que se sirva Morena) así que, como dice el señor en la fila de un laboratorio: «En este país nos tocó vivir así que a aguantarse» o a prepararse para la 5a. transformación. ¿Cuál será?