El 28 de noviembre llegará a su vencimiento una línea de crédito muy especial que tiene con el Fondo Monetario Internacional desde hace más de 10 años. Todo indica que la Línea de Crédito Flexible (LCF) no será renovada, a pesar de que el hizo la solicitud de extensión formal.

La LCF fue establecida por el FMI en 2009, en plena Crisis Financiera Global. El objetivo era dar acceso a una cantidad importante de recursos a países que tenían una macroeconomía sólida, pero que podían ser afectados repentinamente por incertidumbre. En caso de cualquier problema que implicara necesidad de liquidez, se podía acceder a parte o todo el monto previamente acordado en forma inmediata, sin negociaciones sobre un programa económico, y por ello sin las famosas “condiciones” del FMI.

La consideración fundamental era que ese país había seguido una política macroeconómica responsable y lo seguiría haciendo, y que por ello no era necesario pedir nada más. México fue el primer país en firmar la LCF, casi apenas se anunció. Quizá fue un favor mutuo.

Agustín Carstens era el titular de Hacienda con Felipe Calderón, pero hasta 2006 había sido Subdirector Gerente del FMI. El Gobernador del Banco de México era Guillermo Ortiz, quien había representado a México ante el Fondo en la década de 1980. Había, pues, un entendimiento cercano entre autoridades mexicanas y las del organismo multilateral.

México nunca usó un dólar de la LCF. Siempre trató a dicho crédito como una especie de seguro, que había renovado sin problemas a lo largo del tiempo (la vigencia actual es de dos años). Hasta ahora, en que está por llegar a su vencimiento, y no hay ningún anuncio formal.

De hecho, la institución publica, con una semana de adelanto, el calendario del Consejo Ejecutivo. La semana entrante se realizará el monitoreo anual a las economías de India, Hungría, Chipre y Belice. Una reunión para determinar la extensión de la LCF para México brilla por su ausencia. Para efectos prácticos, puede darse por hecho que no habrá discusión, y que las autoridades del Fondo han optado por cancelar (estrictamente no renovar) el crédito.

                Fuente: https://www.imf.org/external/NP/SEC/bc/eng/index.aspx

En ocasiones anteriores la renovación se hizo incluso con meses de anticipación, con excepción de la correspondiente a 2014, en que se aprobó cuando estaba por vencer. Es improbable que esto suceda ahora porque no está programada reunión del Consejo Ejecutivo para decidir al respecto. El 28 de noviembre México perderá acceso, al tipo de cambio actual, a 73 mil 540 millones de dólares.

México y la Línea de Crédito Flexible, 2009-19.

Fecha de aprobacióna

Vigencia

Aprobación antes del vencimiento formal

Montob

17.abr.2009

1 año

47,000c

25.mar.2010

1 año

22 días

48,000c

10.ene.2011

2 años

72 días

72,000d

30.nov.2012

2 años

40 días

73,000d

26.nov.2014

2 años

3 días

70,000d

27.may.2016

2 años

182 días

88,000e

29.nov.2017f

2 años

177 días

88,000e

  1. Fecha de aprobación por parte del Comité Ejecutivo del FMI.
  2. Millones de dólares, convertidos del monto en Derechos Especiales de Giro (DEGs, la moneda oficial del FMI).
  3. 31,528 millones de DEGs.
  4. 47,292 millones de DEGs.
  5. 62,389 millones de DEGs.
  6. En la revisión anual de noviembre 2018 se redujo el monto a 52,476 millones de DEGs, equivalentes a 73,540 millones de dólares.

Fuente: Arena Pública, con información del FMI.

¿El gobierno mexicano si solicitó formalmente la extensión de la LCF? Sí, desde hace por lo menos siete semanas. Así lo informó Gerry Rice, el Director del Departamento de Comunicaciones del Fondo, el pasado 27 de septiembre:

¿Qué ocurrió? A menos que el FMI o el gobierno mexicano informen al respecto, solo puede especularse. Los severos problemas que la institución enfrenta con Argentina quizá llevaron a la nueva Directora Gerente del Fondo, Kristalina Georgieva, a no querer arriesgar dinero con otro gobierno que presume de ser “antineoliberal”  (Argentina debe al FMI casi 44 mil millones de dólares). No por casualidad, sino por afinidad ideológica, México fue el primer país que visitó el presidente electo de Argentina, Alberto Fernández (y cuya Vicepresidente, Cristina Fernández, detesta al organismo).

El Fondo presenta, en su más reciente monitoreo de la de México, hecho público apenas el 5 de noviembre, su preocupación por finanzas públicas que necesitan fortalecerse, por la situación de Pemex (y su posible impacto en el erario), y por la inexistencia de una agenda de reforma estructural.

Por tanto, el FMI está por hacer público que retira el de confianza que había otorgado a la política económica de México por más de 10 años. El golpe a la confianza sería brutal. No hay forma en que se pueda minimizar la relevancia que implica la no renovación. Si el presidente López Obrador opta por su táctica habitual de condenar (en este caso al Fondo) de ser una institución neoliberal que no cuestionó la corrupción de gobiernos anteriores, lo único que hará es provocar mayor incertidumbre.

Puede argumentarse que México pierde un seguro que nunca usó; el problema es que con una política económica preocupante en varios aspectos, contar con ese seguro era importante. La pérdida de la LCF puede llevar a las calificadoras como Moody’s o Fitch a reclasificar la deuda de México con grado especulativo, también conocido como “basura” (junk).

Twitter: @econokafka

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