A un año de que México concluya la segunda década del siglo XXI, en la que sobrevivió a dos crisis financieras y de las que aprendió a mantener su estabilidad macroeconómica, no ha podido superar el crecimiento de 2%, el cual es considerado por expertos como un avance “mediocre”.
Entre el 2001-2019, la economía mexicana presentó un crecimiento promedio de 2.1 por ciento. En la primera década (2001 y 2010), el Producto Interno Bruto (PIB) creció en promedio 1.5%; mientras que en los siguientes nueve años avanzó un promedio de 2.7%, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
Jorge Sánchez Tello, director de investigación Aplicada de la Fundación de Estudios Financieros, recordó que la primera década del siglo XXI no fue sencilla para el mundo ni para México, pues se enfrentaron fuertes crisis financieras en el 2001 y en el 2008. Además, en el país se vivía un nuevo cambio de régimen político, en el que el PRI había dominado por décadas y el PAN tomó las riendas durante dos sexenios continuos.
“En esta primera década, México tuvo una caída en la economía porque el mundo enfrentó la mayor crisis financiera en su historia. La economía mexicana cayó 0.2% en el 2001 y 5% en el 2009, pero nos levantamos (…) el problema es que el país no logró salir del estancamiento promedio de 2%”, dijo Sánchez Tello.
Consideró que, a lo largo de estas últimas dos décadas, el crecimiento de 2% refleja especialmente la bipolaridad que existe entre los 32 estados que conforman la República. Y si bien, México ha mantenido estabilidad financiera, “la economía está en algo que se llama la trampa del ingreso medio”.
“Hay estados como en la zona del Bajío, donde crecen a niveles de lo que crece China, a 6%; mientras que en el sur tienes estados como Chiapas, Campeche o Tabasco que decrecen a ese mismo nivel, y al juntar el crecimiento de las 32 entidades, pues obtienes este crecimiento de 2 por ciento”.
Consolidación macro, lo positivo
Raymundo Tenorio, economista del Tecnológico de Monterrey, indicó que si bien los últimos sexenios de Fox, Calderón y Peña Nieto ayudaron a mantener una estabilidad macro con una inflación y tipo de cambio estables, así como unas finanzas públicas sanas, el crecimiento del PIB fue bajo.
A su parecer, la situación con López Obrador no será diferente en materia macroeconómica, pero respecto al crecimiento del PIB, considera que podría ser peor, pues tan sólo en el primer año de gobierno, 2019, la economía mexicana presentó un crecimiento nulo y no se espera que en el 2020 el panorama mejore.
“En ausencia de crisis externa, no veo ningún evento del exterior que pueda jalarnos o que nos ayude a reactivar la economía, porque, aunque se diga que hay desaceleración externa, Estados Unidos crece y está en su mejor momento, pero México se está quedando atrás”.
Comentó que lo anterior se debe a que todavía existe mucha incertidumbre sobre las políticas económicas que utilizará el gobierno para sacar adelante al país. “La recuperación económica del país debe estar basada en objetivos internos que se pongan en marcha”.
Proteccionismo, impacto para México
Para Mario Correa, vicepresidente del comité nacional de estudios económicos del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas, después de la última crisis financiera, las economías se esforzaron por fortalecer la estabilidad macroeconómica, basado en un modelo de libre comercio.
Sin embargo, expuso, en los últimos dos años, se ha presentado una disyuntiva, donde cada vez más países están girando hacia regímenes que son proteccionistas, nacionalistas, populistas y que están empezando a cuestionar todo lo que venía ocurriendo en los últimos 30 años.
“Venimos de un proceso de integración de las diferentes economías y ahora estamos dando pasos para atrás (…) es muy desafortunado porque el mayor potencial para cualquier país siempre va a ser que busque la mayor integración con otras economías, sobre todo desarrolladas”.
En el caso de México, consideró afortunado el hecho de que se mantenga una visión abierta al comercio y que se busquen nuevas oportunidades de libre comercio, “eso es positivo, pero habrá que revisar el tema de políticas públicas para ver si son las más adecuadas que podemos implementar”.
El secretario de Hacienda opina
Las economías en todo el mundo tienen dos características que describen su dinámica: una tiene que ver con su fase de crecimiento de largo plazo y la segunda es que, a lo largo de esa tendencia, las economías presentan fluctuaciones, como la que se dio en el 2009 (crisis financiera global) y donde la actividad económica de México cayó 5 por ciento.
¿Qué es lo que tendría que hacer el país para crecer más rápido?
El país tiene que invertir más. Entre el sector público y privado, la inversión representa 23% del PIB. Si queremos crecer más, debemos invertir más.
Pero no estamos en cualquier momento, estamos en un proceso de desaceleración internacional, por lo que estamos implementando una serie de medidas, especialmente en el sector financiero, que se anunciaron a inicios de año.
Además, en julio pasado, hicimos un anuncio para reactivar la economía. Parte del anuncio fue adelantar algunas licitaciones para que estuvieran listas en el 2020, es decir, no vamos a empezar el año haciendo licitaciones, sino que ya van a empezar a operar en ciertas obras.
La forma de cambiar las dinámica en estas coyunturas de desaceleración es cambiar la implementación de los proyectos de infraestructura.