Que el Presidente escuche, delibere y se deje asesorar por quienes saben cómo funciona la economía, entienden cómo fomentar la inversión, comprenden que con crecimiento cero no puede haber desarrollo o manera eficaz de combatir la desigualdad o mantener los programas sociales. Que capte la relación entre crecimiento, recaudación y gasto público porque de lo contrario no podrá seguir financiando la transformación prometida, sin aumentar o endeudarse.

Que alguien le explique conceptos clave como «competencia», «competitividad», «innovación», «productividad», porque al no entender su importancia, no da instrucciones para fomentarlos y la economía mexicana permanecerá estancada, afectando a las clases medias y a los más pobres.

Que el equipo económico de López Obrador le de cátedra sobre lo dañinos que son los monopolios tanto públicos como privados, y resucitarlos -como en el caso de Pemex y la CFE- no producirá más soberanía sino peores productos a precios más altos para los consumidores. Que se aboque a combatir el capitalismo de cuates, eliminando el favoritismo, la discrecionalidad, las adjudicaciones directas y las licitaciones amañadas.

Que cesen los recortes de personal técnico especializado dentro de la administración pública federal, porque los competentes están siendo sustituidos por los incondicionales, afectando la calidad y la instrumentación de la pública. Que pare el desdén gubernamental por el conocimiento, la técnica, la ciencia y los datos, porque está produciendo una pauperización intelectual en muchos ámbitos.

Que se combata la corrupción pero con un rasero parejo y sin politizar o partidizar a las instituciones del Estado, como ha ocurrido con la Unidad de Inteligencia Financiera, el SAT y la Secretaría de la Función Pública.

Que se repiensen obras de infraestructura costosas, con poca planeación, estudios ausentes, presupuestos incompletos y viabilidad cuestionable como el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y el aeropuerto de Santa Lucía.

Que se transparente toda la información pública sobre los programas sociales, el Censo del Bienestar, el censo levantado para cancelar las estancias infantiles, las cifras del combate al huachicol, el destino y uso de las pipas compradas, el futuro del avión presidencial, las labores de los delegados de Morena, y tantos otros temas que este ha catalogado como «reservados por seguridad nacional».

Que en la conferencia mañanera, el Presidente y los miembros del gabinete presenten cifras confiables y verificables. Que haya reuniones calendarizadas y obligatorias del gabinete para deliberar colectivamente y no sólo para seguir las instrucciones de AMLO. Que el jefe del Estado mexicano no utilice las mañaneras para embestir y descalificar sino para informar y rendir cuentas sin simulaciones.

Que se investigue la corrupción del pasado, sin someter esa posibilidad a consulta pública, dado que la Fiscalía General de la República debería actuar conforme a la ley y no con base en la opinión pública. Que se recupere la promesa de justicia transicional y un modelo de combate a la corrupción con asesoría internacional, dada la debilidad del Estado.

Que se replantee el modelo de seguridad basado en el despliegue de la Guardia Nacional con criterios poco claros, y se busquen ejemplos exitosos de pacificación local, conforme a los cuales se puedan derivar lecciones a nivel nacional. Que se proceda a despenalizar y regular las drogas a mucha mayor velocidad, ya que ello contribuiría a desmantelar redes de criminalidad dentro y fuera del Estado.

Que cese el populismo penal que Morena ha empujado, incluyendo la prisión preventiva oficiosa, y la ampliación del catálogo de delitos que la ameritan. Que no se usen las nuevas reglas fiscales y de extinción de dominio como un instrumento político punitivo, con la intención de amenazar y amedrentar.

Que cese la política de debilitamiento del Poder Judicial, el ataque a los contrapesos, la violación constante de la división de poderes y el embate al pacto federal. AMLO/Morena fueron electos para corregir los viejos vicios del sistema político, no para acentuarlos.

Que la comprenda que debe ser democrática, incluyente, transparente, ambientalista, feminista o no será. Y no gobierna sólo para los lopezobradoristas; gobierna para todos los ciudadanos. Todos.

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