Ante la pandemia del coronavirus, la industria mexicana de dispositivos médicos arrecia esfuerzos para satisfacer la demanda interna y la internacional, al ser la octava más importante a nivel mundial y la primera de América Latina.
La crisis aumentó la demanda de productos hechos en México, en particular de mascarillas, guantes, caretas, ventiladores, oxímetros y hasta pruebas diagnósticas de COVID-19, explicó a Efe Fernando Oliveros, presidente de la Asociación Mexicana de Industrias Innovadoras de Dispositivos Médicos (AMID).
«Como está la situación en Europa y en Estados Unidos, por supuesto hemos visto un incremento importante en eso, y estamos trabajando todas las empresas para adaptar e incrementar lo más posible nuestra oferta productos para poder enfrentar la demanda tan grande», dice en entrevista.
México es el principal exportador de equipo médico a Estados Unidos, con el 91 % de las exportaciones destinadas a ese país, de acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma).
Tan solo en Tijuana, en el norteño estado de Baja California y sede de 48 empresas del sector, el Gobierno municipal reporta el incremento de una demanda de 150 % de termómetros y de 1,000 % en la fabricación de ventiladores.
Aunque por el momento descartó problemas de producción para satisfacer tanto la demanda internacional como nacional, el representante de la AMID pidió coordinación en Norteamérica y entre las distintas partes de la cadena de valor.
La industria mexicana de dispositivos médicos tiene un valor de 4,909 millones de dólares, representa el 1.57 % de la manufactura total y ha crecido 7.9 % en la última década, informó la AMID con base en un estudio elaborado con KPMG.
COLABORAN CON EL GOBIERNO
El Gobierno mexicano suspendió las actividades no esenciales de la economía la semana pasada al declarar emergencia sanitaria por el coronavirus, que ha causado 141 muertos y 2.785 contagios.
Mientras sectores enteros cierran, la industria de manufactura médica permanece abierta, indicó el presidente de la AMID, que representa a 33 empresas, 40 plantas de manufactura y 120,000 empleos que en conjunto tienen un catálogo de 8,000 dispositivos.
Aun así, Oliveros no se adelantó a dar un pronóstico de crecimiento para la industria, al admitir que otros productos destinados a procedimientos médicos electivos han reducido su producción.
«Estamos viviendo esta pandemia en tiempo real, todo va a depender del impacto y el tiempo que dure esto. Por supuesto que ahorita nuestra prioridad más grande es ayudar a los pacientes y el tema económico, aunque es muy importante, pasa a un segundo término», mencionó.
Como desafíos, el representante empresarial advirtió el desafío de mantener el flujo de las cadenas de producción en Norteamérica y la colaboración con el Gobierno de México.
«El reto más grande es colaborar ahorita con el Gobierno de la mano para poder enfrentar esta epidemia de manera coordinada. Desde la AMID siempre hemos creído que el sector salud, particularmente en estos casos, tiene que comportarse como uno solo», declaró.
RETOS DE DEMANDA
Otro reto que afronta la AMID es el de importar dispositivos que necesita México y comercializarlos en esta emergencia.
Ante las críticas que ha recibido por la lentitud con la que aprueba las importaciones de ventiladores y de pruebas de detección de COVID-19, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) prometió este miércoles agilizar los permisos de comercialización.
«Para garantizar las importaciones y exportaciones requeridas para la atención de la emergencia sanitaria, la Cofepris mantiene, de manera permanente, la emisión de permisos de importación y exportación para: todos los insumos para la salud», indicó en un comunicado.
Aun así, la autoridad sanitaria aclaró que, en la búsqueda de alternativas terapéuticas para pacientes con COVID-19, los protocolos de investigación deben someterse a la evaluación y aprobación de la Cofepris, que prometió emitir las resoluciones en un plazo no mayor a 24 horas.