De acuerdo con el doctor Alejandro Macías Hernández, infectólogo de la UNAM, la mejor manera de identificar la fase 3 no es con un número, sino en el colapso de algunos hospitales, en su incapacidad para atender a más pacientes. “Sabemos que esto ya ocurre en el norte de Baja California, Puebla y Ciudad de México, pues ya se encuentran al límite de sus posibilidades, pero recuerden que no va entrar al mismo tiempo”.
Agregó que en algunos lugares ni siquiera va a ser intenso porque dependerá de muchos factores: “por ejemplo, quienes hayan tenido un mejor distanciamiento social y quienes tengan menor densidad poblacional, quien sí sufrirá será la Ciudad de México”.
En ese contexto, el integrante de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia Coronavirus, creada por la UNAM, exhortó a la población a seguir todas las instrucciones de las autoridades: no salir de casa quien no tenga la necesidad de hacerlo y mantener el distanciamiento social, porque las capacidades de los hospitales están limitadas y se van a superar.
Refirió que es muy pronto para determinar una fecha específica de levantamiento de la cuarentena, “esto es el principio y no hay que desesperarnos porque una vez que se establezca la fase epidémica los números ya no crecerán tan rápido. Va alcanzar un punto máximo y ese establecimiento de una meseta puede durar semanas, por lo menos un par de meses”.
Por otro lado, al respecto de la posibilidad de una recaída o posible doble contagio de las personas que ya se han curado, Macías Hernández explicó que la gran mayoría de las personas quedan inmunes. “No sabemos por cuánto tiempo pero este virus deja inmunidad. Hay reportes aislados de personas que volvieron a enfermar, pero más que un rebrote son personas que no han podido liberarse del virus, son portadores de éste por largo tiempo y aunque en medicina todo es posible, la generalidad es que quienes se enfermen de COVID-19 quedarán inmunizados”.
El especialista afirmó que el conocimiento científico debe guiar las decisiones políticas y no al revés, no es algo que los políticos puedan ir dictaminando, el dictamen es en fundamento de la ciencia.
Enfatizó en que es algo nuevo en el mundo, el sistema de cuarentena y la forma en que se va ir saliendo de la misma. Nunca se había hecho en la historia de la humanidad, hay que ser tolerantes y adaptarse a las recomendaciones.
En ese contexto, el distanciamiento social solicitado hasta ahora es para que la curva de transmisión de contagio se aplanara un poco, por lo menos un par de meses, para después reincorporarnos de manera paulatina a las actividades. “Que nadie piense que esto será de la noche a la mañana y todos al mismo tiempo”.
Concluyó que no hay que perder la ecuanimidad ni caer en pánico, la gran mayoría de las personas que se enfermen no van a tener un problema serio. “Los que tengan un problema no será de terapia intensiva, sólo el cinco por ciento de los que se enfermen son los que van a llegar a estar más graves y por ellos se hace todo esto, para no saturar los sistemas de salud. Este es un problema que no escogimos pero tenemos que resolverlo y hay que tener la cabeza fría sin caer en pánico”.