México superó este 23 de abril de 2020 el millar de muertes causadas por el en su territorio y se convirtió, después de Brasil, en el segundo país de América Latina en alcanzar esta cifra.

Pese a que, tal y como adelantó el , el número de casos se multiplica a mayor velocidad desde que entró en fase 3 este martes, sus números aún quedan muy lejos de las de su vecino del norte, , considerado epicentro mundial de la pandemia.

Y muchos se preguntan cuál es el motivo de esta gran diferencia considerando que ambos comparten más de 3.000 km de frontera por la que cada día cruzan decenas de miles de personas y que da cuenta de la estrechísima relación entre los dos países.

«Hay un muro que los divide (…). El muro está haciendo esos efectos», respondió sobre esta disparidad entre estados a uno y otro lado de la frontera el director de prestaciones médicas del Instituto Mexicano del Seguro Social, Víctor Borja Aburto, el pasado 27 de marzo.

Pero la situación ha cambiado mucho desde entonces. La frontera terrestre fue cerrada el 21 de marzo a viajes «no esenciales» para frenar contagios y, posiblemente, por el temor de EE.UU. ante medidas de prevención menos restrictivas por parte de México.

Sin embargo, lo cierto es que cuando se anunció la medida, EE.UU. ya tenía 85 veces más casos que los registrados oficialmente entonces en México.

Ese cierre frenó drásticamente la gran movilidad que impera siempre en la zona: solo durante el primer fin de semana, el tránsito de México a EE.UU. se redujo un 70%, según autoridades estadounidenses.

Pero al margen de la situación en el estado mexicano fronterizo de -que muestra uno de los más altos registros de contagios en el país-, las cifras nacionales siguen siendo mucho más bajas en comparación con EE.UU.

Sin embargo, si se ponen frente a frente las primeras semanas de epidemia en cada país, el resultado revela justamente lo contrario: la situación actual en México es mucho más preocupante de la que tenía EE.UU. en esta misma etapa de la crisis.

Peor comienzo de epidemia en México

Hasta este viernes, 24 de abril, Estados Unidos reportó 880.112 casos confirmados de y los muertos sobrepasan los 50.000. Aún están lejos de los 11.633 positivos y 1.069 fallecimientos de México.

Es previsible que EE.UU., con una población 2,5 veces mayor que la de su vecino, presente cifras absolutas más altas. Pero es que también sus casos por cada 100.000 habitantes son mayores: 269 frente a los 9 de México.

Sin embargo, la primera causa que explica estas diferencias es tan simple como que el primer caso de covid-19 se confirmó en México el 28 de febrero, cinco semanas después que en EE.UU. (21 de enero).

O dicho de otro modo, «estamos en fases diferentes. Y eso quiere decir que no estamos viendo todavía lo que va a pasar en México en un futuro», le dice a BBC Mundo el médico especialista en Ademir Alejandro Gutiérrez.

Entre otros factores, las mayores conexiones de EE.UU. con Asia y Europa fueron cruciales para que el coronavirus llegara antes a su territorio.

«Miles de pasajeros llegaron de a EE.UU. antes de que constatáramos que había una infección aquí. El tráfico aéreo fue importante», explica Carlos del Río, especialista mexicano en enfermedades infecciosas de la Universidad de Emory en Atlanta, EE.UU.

Sin embargo, puede sorprender que si comparamos los menos de dos meses de crisis desde que México confirmó su primer caso con el mismo período de epidemia en EE.UU., los positivos estadounidenses eran entonces poco más de 4.600.

Es decir, en el mismo número de días, EE.UU. confirmó menos de la mitad de casos de los reportados por México hasta este jueves.

Y el balance de muertes es aún peor para México, que ya superó el millar. EE.UU., sin embargo, solo había reportado 85 en su 56º día de epidemia.

El debate sobre los tests

Pero poner frente a frente las cifras oficiales dadas por estos dos (u otros países) parte ya de una base desigual: el número de pruebas de covid-19 realizadas.

Es lo que ocurre al comparar los datos de un gobierno que hace decenas de miles de tests con los de otro que realiza muchos menos y que, por lo tanto, puede mostrar un menor balance de casos por el simple hecho de que no fueron detectados ni oficializados con pruebas.

Sin embargo, expertos subrayan que estos datos son las cifras oficiales de las que se disponen y, por lo tanto, la única herramienta para tratar de conocer cuál es la situación en cada país.

México, por ejemplo, defendió desde el inicio de la crisis su apuesta por el llamado modelo Centinela, un sistema de vigilancia epidemiológica que descarta aplicar pruebas de manera masiva a la población.

En su lugar, opta por un sistema similar al de las encuestas. Así, con el resultado de algunas muestras se extrapolan estadísticamente los datos al resto del país para calcular el alcance del coronavirus.

Basado en este método, el gobierno mexicano reconoció el 9 de abril que los casos de contagio en el país podrían ser ocho veces más que los 3.100 reportados en aquel momento.

Según el sitio Worldometer, basado en fuentes oficiales, el número de tests de coronavirus realizados en EE.UU. es de 14.400 por cada millón de habitantes. En México, no llega a 400.

«El que no busca (casos), no encuentra…y el que no encuentra, ¡no compara!», tuiteó el matemático mexicano Rafael Prieto Curiel para criticar que el gobierno de López Obrador destacara su reducido número de casos en las primeras semanas de pandemia comparándose con otros países como EE.UU., España o Italia, donde se hacen muchísimos más tests.

Carlos del Río, exdirector ejecutivo del Consejo Nacional del Sida de México, cree que es «fundamental» hacer mas tests para «saber lo que está pasando».

«Cuando hagan más pruebas, habrá más casos», le dice a BBC Mundo.

El doctor Gutiérrez, sin embargo, afirma sobre la baja realización de tests que «desde el punto de vista clínico, no ayuda mucho saber si un paciente tiene o no coronavirus».

Recuerda que una persona con síntomas sospechosos debe permanecer aislada, mantener las medidas de sana distancia y vigilar que no presente dificultad respiratoria, en cuyo caso deberá ir al hospital.

«Eso es lo que ha planteado el gobierno, y creo que es una medida efectiva», asegura.

La movilidad junto a la frontera

Sin embargo, no es descabellado pensar que la cercanía física con el país que presenta más casos y muertes del mundo por coronavirus pueda afectar también a México en esta pandemia.

«Los muros no paran a los virus, eso es muy importante. La movilidad de gente es lo que va a influir», dice del Río.

Un caso a destacar es Baja California, en la frontera norte mexicana, y que es la entidad con más casos de covid-19 confirmados en el país tras la capital y el Estado de México.

Incluso Tijuana, en la misma Baja California, destaca -sin contar las alcaldías de Ciudad de México- por ser el municipio con más muertes y casos acumulados del país hasta este jueves.

Y nadie pasa por alto que la garita de San Ysidro, a medio camino entre Tijuana y en EE.UU., es el punto fronterizo terrestre más transitado del mundo aunque desde hace semanas se encuentre parcialmente cerrado.

Gutiérrez, médico en el hospital Clínica 20 de Tijuana, subraya cómo en esta fase de transmisión comunitaria de la epidemia es muy complicado identificar dónde se originó el contagio de personas que, en muchos casos, viven en un lado de la frontera y la cruzan a diario para trabajar en el país vecino.

Sin embargo, sí reconoce que «el dinamismo y la tremenda movilidad» de Tijuana podrían ser uno de los factores que está contribuyendo a que Baja California registre tantos casos.

Algo muy parecido responde cuando se le pregunta por la influencia que podría tener el hecho de que la ciudad sea uno de los puntos de México por los que ingresa mayor número de migrantes deportados desde EE.UU.

Y aunque el Instituto Nacional de calcula que desde el 20 de marzo esta cifra de personas se redujo en Baja California en un 60%, todavía unas 120 personas siguen siendo retornadas a diario, según le informó a BBC Mundo Esmeralda Siu, coordinadora ejecutiva de la Coalición Pro Defensa del Migrante en este estado.

Sin embargo, y pese a que la única prueba que se les realiza a su retorno es la toma de temperatura corporal por una cámara, no tienen constancia de que ninguno de los migrantes haya vuelto al país contagiado durante la pandemia.

«Personas que regresan o son deportadas las vemos generalmente deambulando por la ciudad, y sí pueden ser focos de infección, definitivamente. Muchas no buscan atención médica inmediatamente y pueden incluso estarse contagiando», dice el doctor Gutiérrez.

Y aunque reconoce que podría ser uno de tantos factores que haga que se incrementen los casos en la zona, advierte que «no hay evidencia para poder afirmarlo de manera tajante».

¿Cómo evolucionarán los casos en México?

En una pandemia desconocida como la actual, es difícil pronosticar cuál será la evolución de casos en México y si su situación acabará acercándose más a la que atraviesa EE.UU.

«Predecir el futuro no me gusta. Sí, es posible que suba… pero para mí la preocupación más grande de México son ciudades grandes como su capital, que al igual que en Nueva York reúne mucha gente, mucho hacinamiento, llenos en el metro…», responde Carlos del Río.

Mirando la evolución de EE.UU. gracias a sus cinco semanas más de crisis, lo cierto es que sus cifras se dispararon poco después de sus primeros 56 días de epidemia, los mismos que México cumplió este jueves.

Así, en su 59º día, EE.UU. superó los 10.000 contagios y los casos comenzaron a incrementarse cada día en 5.000. Desde el 62º día, el aumento diario era de 10.000.

El gobierno de López Obrador insiste en que esa aceleración de positivos cada vez mayor también se verá en México en esta fase, en la que el 80% de pacientes en condición crítica podrían morir pese a recibir tratamiento, dijo el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell.

De hecho, la letalidad en México (número de muertes respecto al total de contagios de coronavirus) es ya la mayor de toda América Latina, con más de un 9,1% alcanzado este jueves.

Pero el gobierno se resiste a hacer otro tipo de proyecciones a futuro de la enfermedad, salvo calcular que entre el 8 y el 10 de mayo se registrará el mayor número de infectados y que la recomendación de quedarse en casa se extenderá hasta el 30 de dicho mes.

El doctor Gutiérrez cree que medidas del Ejecutivo como la de promover el distanciamiento social y limitar la movilidad de las personas están mitigando de alguna manera el avance del virus, pero recomienda no confiarse.

«Si las medidas de mitigación se cumplen, es probable que nosotros no lleguemos hasta el punto de EE.UU. Que nos afecte lo mismo o incluso peor, dependerá de que los mexicanos se queden en casa, de los esfuerzos de la población y del gobierno».

Dejar respuesta

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí