En , a las crisis sanitaria y financiera se suma la presión de cuyas matrices se encuentran en , en particular las de los rubros aeroespacial y médico, cuyos representantes presionaron al de López Obrador para que permitiera la reapertura de sus filiales, algunas de las cuales no han dejado de laborar. Funcionarios de la entidad y sindicalistas se quejan porque, arguyen, la entidad está en semáforo rojo y la economía no puede reactivarse así.

Más de 20 mil millones de pesos se esfumaron ante la caída de las exportaciones del sector manufacturero en ; Baja California ha perdido 22 mil empleos y los 41 mil millones de dólares más que había logrado por sus exportaciones a principios de año se frenaron; “vino el y todo nos golpeó”, sostiene el secretario estatal de Economía, Mario Escobedo Carignan.

Frente a este panorama a México, como a Estados Unidos, le urge reabrir la economía. Por ello, desde el embajador Christopher Landau hasta directivos de 329 de las casi mil firmas estadunidenses asentadas en la entidad han pedido el reinicio de actividades.

“Ahora, con el T-MEC se demuestra que hay un consenso importante en que la cooperación económica en la región norteamericana ayuda a todos, por eso estoy muy preocupado porque México, durante esta crisis, no esté manejando bien el tema de las cadenas de suministro”, dijo Landau el sábado 9.

Días antes, los 329 directores ejecutivos (CEO) enviaron una carta al presidente Andrés Manuel López Obrador en la cual expusieron: “El cierre de las instalaciones de nuestras empresas y proveedores en México amenaza con socavar ese esfuerzo (entrega de pedidos). Instamos a México a reconocer y corresponder para determinar si un fabricante está designado como esencial tomando en cuenta la guía emitida por Estados Unidos, la Agencia de Seguridad e Infraestructura y del Departamento de Seguridad Nacional como línea de base, en la mayor medida posible”.

Su petición fue atendida. A partir del lunes 4 cerca de 200 empresas que cerraron durante las primeras semanas de abril, en especial la bélica y médica, se reclasificaron y reiniciaron actividades.

Puesta en marcha durante la fase de mayor contagio en el estado, la reapertura tuvo consecuencias: obreros contagiados por covid-19 –y la consecuente amenaza patronal con despedirlos si no se reintegraban a sus labores–; nuevas contrataciones y liquidación de los trabajadores que participaron en paros y liquidaciones negociadas, denuncian sindicalistas independientes de México y del vecino país.

En Baja California el semáforo está en rojo, de ahí que para el arranque de la nueva normalidad las industrias no esenciales locales deberán cumplir las normas de higiene para operar: las pequeñas empresas tendrán que atender 45 aspectos; las medianas, 68, y las grandes, 78, detalla el titular estatal del Trabajo y Previsión Social, Sergio Moctezuma Martínez.

Las firmas esenciales que ya están trabajando, advierte, “lo deben hacer con 15, 30 y ya muy escandalosamente, 40% de los empleados, siempre y cuando la superficie en que laboran lo permita, por la sana distancia que se debe guardar”, dice el funcionario.

Fragmento del reportaje publicado en la edición 2274 de la revista Proceso, ya en circulación.

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