Fue tan emotivo, tan visual, tan cálido ver a ambos presidentes intercambiar bates de baseball, platicarse secretitos al oído, prometerse que dentro o fuera de la presidencia sus negocios en el sureste de México y a lo largo de la frontera continuaran años después de terminados sus sexenios para beneficio de Ivanka y del nieto texano de AMLO. ¡Tan tierno¡
Y hablando de niños morenos de origen mexicano viviendo en Texas, s¿e les olvidaron todos los niños a los que Trump ha separado de sus familias y a los que tiene ahora encerrados en las frías cárceles de ICE precisamente, en ese estado texano donde nació el nieto de AMLO?
Ni una palabra de AMLO para estos niños.
Su esposa (Las dos, la de Trump y la AMLO esta última tan sentida con los sobrenombres que le ponen a su vástago y que tanto se enoja cuando la confunden con un médico y le piden ayuda para los niños con cáncer -a los que tampoco ayuda en nada-) ¿no pudieron sugerir que si iban a intercambiar bates por lo menos podrían mandar algunas pelotas para que los niños encerrados, hijos, sobrinos, de esos “mexicanos tan trabajadores” de los que habló Trump tuvieran algo con que jugar?
Por favor despierten, si para Trump los México-americanos y los migrantes no son más que “raza para mano de obra barata” para AMLO solo son un montón de ‘traidores’ que abandonan la gran nación que los mata de hambre para ir a buscar trabajo al norte capitalista y neoliberal donde, como lo demostró ayer, él tiene tan buenos amigos y socios que sin importar, tal como dijo, sus diferencias ideológicas siempre pueden ser amigochos empresariales mientras miles de niños -si todos pobres, morenos, ‘traidores’, desamparados- siguen encarcelados, muriendo de frio -bueno en breve pegará el calor y ya no se quejarán de lo frio del piso de concreto- sin suficientes alimentos, sin atención médica o sea, viviendo en Texas como vivirían en Oaxaca o Guerrero o en CdMx, donde por lo menos estarían junto a su familia.
Si AMLO tiene razón, estos “niños traidores” que viven en el mismo estado texano de su nieto no merecen ni una palabra, ni una bola de béisbol ni siquiera, ser recordados. Porque los niños enjaulados no pueden jugar béisbol y por lo tanto no merecen la atención de este señor presidente tan humano, que, si se mueren de cáncer, de frio o de hambre le da lo mismo, mientras él tenga un bate multicolor que regalar a su nieto, el gringuito de Texas que si sabrá usar computadores y que hablará, como el ratón vaquero, inglés.
¡Viva México! Con su mala memoria
¡Viva AMLO! con su valemadrismo
¡Viva Texas!, la patria de su nieto