Hay países que ya libraron y ganaron en su batalla frente al coronavirus. No está de más que México evalúe qué medidas puede adoptar mientras la pandemia continúa.
113 días han pasado desde que el Gobierno de la Ciudad de México instó al país a resguardarse en casa. Si bien es cierto que hay quienes están retomando labores, eso no impide que la Jornada de Sana Distancia se mantenga a la par de las medidas preventivas. A casi a mitad de año, ¿qué debería esperar México con respecto al coronavirus? No tenemos una bola mágica que prediga el futuro (¡ojalá!), pero quizás nuestro país debería posicionarse en el peor de los escenarios y comenzar a crear un plan de la A hasta la Z, basado en las lecciones aprendidas por otras naciones durante esta pandemia.
Hoy nos situamos en tres escenarios diferentes sobre cómo podría evolucionar los contagios, y tomaremos de ejemplo las acciones tomadas por otros países, para prever lo que México podría hacer en estos casos.
Escenario 1: el rebrote
No tratamos de ser pesimistas, más bien realistas. Una segunda ola de contagios es más que una realidad, pues otros países ya la han vivido, así que nuestro país está propenso. Lo importante aquí es tratar de definir cuándo y qué tan devastadora sería esta segunda ola. Por ello, debemos tomar en cuenta las medidas tomadas por aquellos que ya vivieron y superaron el rebrote.
De acuerdo con el monitoreo en Asia Oriental, la Organización Mundial de la Salud (OMS), sugiere que es crucial encontrar, aislar, evaluar y atender cada caso, además de rastrear y poner en cuarentena a cada persona con la que un infectado entró en contacto. Estás medidas son reforzadas por las declaraciones ante la BBC Mundo por parte de Jennifer Rohn, viróloga del University College London: “Teniendo en cuenta los datos procedentes de Asia, hemos visto que la única forma de controlar una segunda ola es mediante pruebas agresivas, rastreo y luego, cuarentena”.
Esta medida tomada por países occidentales como Alemania, provocó que el número de muertos bajará, a diferencia de otros países que no tomaron en cuenta esta medida, como Reino Unido o España. El profesor Alistair McGuire, presidente de Economía de la Salud del Departamento de Política de Salud de la London School of Economics (LSE), dijo que no solo es necesario una prueba para determinar quién tiene el virus, “también se necesita una prueba de anticuerpos para saber quién ya lo tuvo”. De esta manera, los expertos advierten que aquellos países que no hayan realizado pruebas y rastreos masivos carecerán de datos fundamentales a la hora de contener olas posteriores.
McGuire sugiere, como segunda medida, o lección aprendida, la recopilación e interpretación de los datos y las investigaciones de China, Japón y Corea del Sur para comprender cómo se comporta el virus. La tercera lección entonces será comprender cómo se comporta el virus una vez que las medidas preventivas se relajan. Aquí lo más importante es entender que un confinamiento exitoso no significa que un área estará libre de coronavirus. “Las infecciones regresan cuando levantamos el confinamiento. Esto es lo que sucede cuando tienes un nuevo virus y no hay inmunidad en la población”, agregó Jennifer Rohn. Un rebrote no debería sorprendernos. Laia Maynou, del departamento de Política de Salud de la LSE, dijo: “No es solo lo que podemos aprender de otros países, sino también lo que podemos aprender del pasado, y especialmente de lo que sucedió con la gripe española en 1918, que es la única otra experiencia que tenemos (registrada) comparable a la pandemia actual”.
Qué hacer con la crisis económica
La crisis financiera internacional de 2008 fue en su mayoría producto del colapso de los derivados de hipotecas de baja calidad en Estados Unidos, mismas que repercutieron de forma negativa en la economía mundial. Los efectos sobre la economía mexicana se manifestaron a través del canal de las exportaciones, afectando la producción industrial y manufacturera, en particular en los estados del norte de México. Michael Chow, analista de datos y economista de la Federación Nacional de Negocios Independientes (NFIB), ha hecho un símil entre la crisis de hace 12 años con la que se avecina.
“Si bien cada recesión es diferente, como en 2008, las pequeñas empresas de hoy deben centrarse en la adaptabilidad”, dijo a The New York Times. Además de la adaptabilidad, los recursos tecnológicos son claves para levantar la economía desde ahora, como dice Augustine Faucher, economista americano y jefe del Grupo de Servicios Financieros: “la tecnología es esencial para crear medidas provisionales hasta que las empresas reabran gradualmente”.
Y tal parece que las PyMEs mexicanas así lo han hecho. De acuerdo con la segunda edición del Estudio sobre Venta Online en Pymes 2020, elaborado por la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), seis de cada 10 PyMEs mudaron su negocio a una plataforma electrónica, incrementando así el e-commerce en un 94.6% en comparación con con el año pasado. De acuerdo con Entrepreneur, mientras que la venta en línea es una prioridad a corto plazo para las empresas, para aquellas que ya estaban situadas en el campo, reconocen que deben fortalecer el canal así como la estrategia de comunicación.
Mientras tanto, Forbes México compartió que aunque algunos gobernadores se muestran preocupados por la situación financiera en los estados, la jefa de gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum confía en que las obras públicas planeadas para después de la emergencia sanitaria, serán un buen incentivo para nuestro país. Tal es el caso de los 17 proyectos inmobiliarios sobre Paseo de la Reforma que avalaron las autoridades capitalinas en marzo de este año, con la “finalidad de fortalecer y sostener el desarrollo económico de la Ciudad de México” después de la crisis sanitaria.
Qué hacer para acabar con la pandemia
“Podemos afirmar con seguridad que, por el momento, hemos eliminado la transmisión del virus en Nueva Zelanda. Pero esta eliminación no es algo que se logre de una vez y para siempre, sino que se trata de un esfuerzo sostenido”, dijo la primera ministra neozelandesa Jacinda Arden, el pasado 08 de junio, fecha en la que el país no registró casos activos, de acuerdo con Twitter. Al día de hoy, Nueva Zelanda registra tan sólo un nuevo caso en aislamiento y 1,620 pruebas completadas ayer, lo que eleva el número total de pruebas completadas hasta la fecha a 431,263 pruebas. ¿Qué medidas tomó la primer ministra para reducir a 0 los casos por COVID-19?
De acuerdo con el diario alemán Deutsche Welle, Nueva Zelanda puso en práctica lo que llamó estrategia de “eliminación” de la curva de contagios. Una estricta y agresiva alternativa a la “mitigación”. Cuando el país contaba con 100 casos confirmados, el gobierno cerró fronteras e inició una cuarentena por 14 días, misma que alargaron por 10 días más, pero esta vez el confinamiento sería más estricto, sólo permanecieron abiertas las tiendas de abarrotes, farmacias, hospitales y estaciones de servicio. El gobierno compartió su plan de contingencia, además de las normas restrictivas y de confinamiento a través de mensaje de textos, además se les sugirió socializar mediante la “burbuja” de contactos.
Al ser un país compuesto por dos islas, y contar con una población relativamente pequeña, de menos de 5 millones de habitantes, las medidas restrictivas pudieron adoptarse con mayor facilidad, así como su economía, la cual ha permitido canalizar paquetes de ayuda, tanto para empresas como para residentes, compensando la falta de turismo. Este tipo de medidas son difíciles de encontrar en otros países, el nuestro incluido. Por su paso ante la crisis sanitaria, Jacinda Arden ha demostrado manejar de la mejor manera el manejo de crisis, y quizás he aquí la clave que, combinada con los dos puntos anteriores, pueda replicar nuestro país.
Jacqueline y Milton Mayfield, profesores estadounidenses en liderazgo apuntan que en un mensaje, la dirección, la creación de significado y la empatía, son la clave para incitar a los demás a poner de su parte. El portal académico The Conversation, señala cómo en una conferencia de marzo, Arden no solo da las indicaciones, explica el significado y el propósito detrás de ellas. Arden ha permanecido activa en redes sociales para mantener contacto con la población durante el brote, abordando el impacto del encierro en la vida social y el bienestar mental de las personas, acción que de acuerdo con el profesor de Harvard, Ronald Heifetz, es una acción vital, pero también rara y difícil de lograr, la cual conlleva liderar a las personas a través del cambio.
Nueva Zelanda ha dedicado muchos meses a ampliar sus medidas para eliminar por completo el COVID-19, pero mantener esta situación plantea diversos retos. Puertos, aeropuertos y las instalaciones dedicadas a guardar cuarentena siguen siendo lugares potenciales de transmisión de casos procedentes del extranjero.
Sobrevivir ante una crisis sanitaria no es una tarea fácil, y esta tarea implica la participación activa, comprometida y eficaz de todos. Aquí recaen las medidas que han funcionado en otros lugares del mundo, pero ya sea que el gobierno mexicano adopte o no estas medidas, los ciudadanos debemos responder a las que se emitan, y no será hasta que todo el mundo camine por la misma vía que la situación mejorará, pues de lo contrario, el coronavirus continuará teniendo la ventaja, y nuestra salud y riqueza sufrirán.