Vaya semana la pasada en materia de . Recapitulemos los hechos antes de analizarlos.

Primero, el Presidente sugiere que deben publicarse los videos, presuntamente entregados por Emilio Lozoya, que comprueban la repartición de sobornos provenientes de Odebrecht. Horas después, aparece un video de dos operadores de senadores panistas recibiendo una maleta de dinero en efectivo. No se sabe quién se los da ni para qué. En el contexto del caso Lozoya, se especula que eran los sobornos a los legisladores del PAN a fin de que votaran a favor de la reforma energética.

Segundo, el Presidente vuelve a insistir que sería conveniente que todo se enterara de la confesión de Lozoya. Acto seguido, aparece la denuncia de hechos que hizo el exdirector de Pemex a la Fiscalía General de la República. Se acusa de actos de corrupción a tres (SalinasCalderón y Peña), cinco exfuncionarios priistas y ocho políticos panistas. La lectura de dicho documento demuestra, como dijo , la inmundicia de gobiernos pasados. Son testimonios, sin embargo, de un tipejo que confiesa haberse quedado con un millón y medio de dólares del primer pago que recibió de Odebrecht.

El Presidente está feliz. En su conferencia matutina se explaya en el tema. Juega en el terreno que le gusta y controla la bola como Messi. Parece el golpe mortal al PRI y al PAN. ¿Quién podrá parar a Andrés Manuel López Obrador y a Morena a partir de ahora?

No pasan horas cuando se acaba la fiesta. El periodista Carlos Loret presenta dos videos donde el hermano del Presidente, Pío López Obrador, recibe una bolsa y un sobre con un total de un millón 400 mil pesos, entregados por David León, conocido operador del entonces gobernador de Chiapas, Manuel Velasco, miembro del finísimo Partido Verde. León es claro: el dinero es para apoyar al movimiento (se entiende que Morena).

AMLO reacciona. Defiende lo indefendible con el débil argumento de que eso no es corrupción, sino una aportación. Es poco dinero, comparado al de Lozoya, que el pueblo donaba para la transformación. Un acto ilegal, pero legítimo. Dentro de la Transformación, todo, fuera de ella, nada. Una barbaridad. Este acto no puede justificarse ni por el monto ni porque ellos son buenos a diferencia de los otros. Lo que vemos en estos videos es que el movimiento de AMLO se ha comportado de la misma forma que los partidos de antes: recibiendo dinero en efectivo, ilegal y sucio.

Conclusión de la semana: el que a video mata, a video muere.

El mensaje para el Presidente es muy claro: si tú quieres sacar nuestra mugre, nosotros sacaremos la tuya; el ventilador escupirá inmundicia hacia todos lados, incluyendo a tu familia y colaboradores.

Por desgracia, los ciudadanos nos quedamos en las mismas. Observando un espectáculo escatológico donde todas las fuerzas políticas quedan manchadas.

En 2018, López Obrador ganó contundentemente con el explícito mandato de terminar con la maldita corrupción. En un principio prometió no meterse con el pasado, sino construir un sistema honesto al futuro. A muchos, me incluyo, no nos gustó la propuesta de que los corruptos del pasado quedaran impunes. El Presidente, sin embargo, argumentaba que no le alcanzaría todo su sexenio para perseguir tantos casos; que ahí se iría toda la gubernamental.

Ahí andábamos cuando comenzó la pandemia del covid-19 y se profundizó la crisis económica a los peores niveles en cien años. Además, el no pudo resolver el tema de la violencia. Pésimos resultados. No se veían nada bien las elecciones de 2021 para López Obrador y Morena.

Fue entonces que el Presidente cambió de opinión. Comenzó a remover los casos de corrupción del pasado (no todos iguales, por cierto) con fines electorales. Quiso destruir definitivamente al partido opositor más fuerte (el PAN) y terminar por incorporar al PRI a Morena. Nada mejor que sacar podredumbre del pasado para hacerlo.

No contaba, al parecer, conque del otro lado también tenían fichas. Los videos de su hermano recibiendo dinero y confesando que tiene un librito, “su Biblia”, donde anota todas las aportaciones ilegales de dinero en efectivo, es un torpedo en la línea de flotación del lopezobradorismo.

Por más que AMLO sea un genio comunicativo, por más que trate de darle un giro comunicativo a los videos de su hermano, el golpe es durísimo para un Presidente que presumía de ser distinto a los del pasado. No podía serlo porque todos los que se alían con los corruptos del Partido Verde siempre acaban salpicados de inmundicia.

 

Twitter: @leozuckermann

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