Las brechas de género, en verdad, continúan siendo alarmantes en nuestro país y con la presencia del covid-19 se han agudizado todavía más. Tan sólo lee esto: con la , las dedican al hogar el 64 por ciento de sus horas a la semana, mientras que los hombres sólo el 24 por ciento.

La implementación de las clases en línea suponen todavía más el aumento de responsabilidad de las mujeres en casa y no sólo eso, si también se elevaron los casos de feminicidios y violencia de género por el aislamiento social, se ha potencializado también la crisis económica de las mujeres a causa del covid-19. ¿Por qué? Acá te explicamos.

La crisis económica afecta más a las mujeres

De acuerdo a un estudio realizado por el Instituto Mexicano para la Competitividad, se destacan tres factores sugeridos por los que el covid-19 ha afectado económicamente más a las mujeres que a los hombres:

  • Aunque se percibe una ligera recuperación económica desde junio, los hombres están regresando al mercado laboral más rápido que las mujeres.
  • El 53 por ciento de las mujeres trabajadoras se concentra en sectores que han sido más afectados por la pandemia y cuya recuperación podría ser más lenta
  • Las mujeres se encuentran subrepresentadas en los puestos de liderazgo, tanto en el sector público como en el privado. Esto reduce la posibilidad de que las necesidades de las mujeres se vean reflejadas en la toma de decisiones.

Protección al talento femenino, una estrategia que no se aplica

En la evaluación de , se refieren a un estudio realizado por McKinsey, en donde se indica que proteger al talento femenino debe ser una estrategia para aminorar los efectos económicos de la pandemia.

Por ejemplo: McKinsey indica que si en nuestro país la tasa de participación económica de las mujeres fuera la misma que la de los hombres, se podrían generar hasta 810 mil millones de dólares adicionales en 2025, equivalentes al 70 por ciento del nacional.

¿Cuál es la propuesta del IMCO?

Para evitar el deterioro o la pérdida de empleos de mujeres en , la propuesta del Instituto Mexicano para la Competitividad propone los siguientes supuestos:

  • Robustecer las estadísticas para medir las brechas de género;
  • Ampliar el sistema de cuidados infantiles para que beneficie a las trabajadoras informales;
  • Incentivar la adopción de políticas corporativas de integración vida-trabajo;
  • Generar incentivos para que las mujeres de secundaria y preparatoria continúen estudiando;
  • Diseñar programas sociales en los que las mujeres trabajadoras de grupos vulnerables sean prioridad.

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