En junio de 2021 será cuando se conozca con precisión cómo impactó la inactividad económica por la pandemia en las dimensiones de la pobreza en México.
Según lo expuesto por los titulares del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, Coneval, José Nabor Cruz, el presidente de INEGI Julio Santaella y el investigador de la UNAM, Héctor Nájera en una mesa redonda por internet sobre el efecto de la pandemia en la pobreza alimentaria en México.
“En situaciones normales en el verano de 2021 el Coneval con información del INEGI dará a conocer los resultados oficiales de pobreza multidimensional, pobreza extrema por ingresos y las carencias alimentarias y el resto de los componentes de la medición de la pobreza multidimensional”, apuntó Héctor Nájera, investigador del Programa de Estudios de Desarrollo de la UNAM.
El titular del Coneval explicó que previo al confinamiento, 25 millones de mexicanos reportaban carencia por acceso a la alimentación y el 50% de la población no contaba con acceso a alimentos balanceados.
Asimismo, señaló que aún es incierto en qué magnitud ese número subió, pero hay evidencias de que bajaron los ingresos de las familias y por ende un deterioro en su alimentación.
“Como uno de los posibles efectos que nos va a dejar esta contingencia sanitaria ciertamente es la afectación de los ingresos laborales que es parte de lo que ocurrió en el segundo trimestre de este año y que seguramente esa disminución de los ingresos laborales, podrá condicionar la compra de una dieta diversa de bienes alimentarios diversos en los hogares del país”, señaló José Nabor Cruz, secretario ejecutivo de Coneval.
El titular del Coneval dijo que con la pandemia podría darse un aumento en el nivel de pobreza laboral en México, pero todo el diagnóstico sobre la pobreza multidimensional en el marco de la pandemia se dará hasta el próximo año.
Por su parte, el Presidente de INEGI destacó que junto con el Coneval dieron a conocer el resultado de un nuevo índice de precios de alimentos y bienes de la canasta de consumo mínimo que comenzó a elaborarse hace dos años.
“Se ha incrementado en este periodo 8.4% mientras que la canasta básica tradicional que se había medido se ha incrementado 7.7% es decir esta nueva canasta de consumo mínimo refleja de manera conceptual más rigurosa cuáles son los requerimientos básicos que necesita la población mexicana y cuyos precios van a ser determinantes para poder definir si los ingresos que tienen, son adecuados para poder adquirir estos bienes de consumo mínimo”, expuso Julio Santaella, presidente del INEGI.
Asimismo, adelantó que muy pronto el INEGI tendrá el diagnóstico de las frecuencias de consumo de alimentos.