Es un verdadero escándalo la manera en que el Tribunal Electoral del de la Federación (TEPJF) decidió darles el registro a tres afines al lopezobradorismo y negárselo a Libre, liderado por Margarita Zavala.

De pena ajena los argumentos legales de los magistrados. Una vergüenza el uso selectivo de la ley para favorecer a unos y perjudicar a otros, la utilización de criterios selectivos, la desfachatez de un doble rasero.

Cuando algo así sucede, no queda más que especular que el TEPJF ha sido capturado por el grupo gobernante, es decir, por el Presidente, sus colaboradores cercanos, y partidos satélites. Para ser más precisos, cuatro de los siete magistrados, quienes representan la mayoría.

El presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Felipe Alfredo Fuentes Barreda, es impresentable. Ya lo habíamos visto en su proyecto para cancelar las encuestas con el fin de elegir a la dirigencia nacional de Morena. Horas después, se retractó y acabó votando a favor de no suspenderlas. ¿Qué lo hizo cambiar de opinión? ¿De dónde recibe instrucciones?

A él mismo le tocó presentar la ponencia sobre el posible registro de México Libre. Se inventó una serie de reglas inexistentes para justificar el rechazo al partido que, por razones personales históricas, le produce erisipela al presidente López Obrador. Se trata de una vendetta en contra del expresidente Felipe Calderón sancionada por un juez, nada menos que el magistrado presidente del máximo tribunal electoral, quien se olvidó que está obligado a aplicar la ley, no a satisfacer los impulsos vengativos de Palacio Nacional.

Creo que, a partir de ahora, podemos asumir, sin temor a equivocarnos, que el TEPJF ha sido capturado por las fuerzas de la llamada Cuarta Transformación.

En este espacio he criticado el muy estricto marco jurídico para formar nuevos partidos en México, lo cual perpetúa el monopolio de los existentes. Para contradecir este argumento se afirmará que el TEPJF le otorgó registro a tres nuevos. Es cierto. Pero tres más que orbitan alrededor de Morena. Se consolida, entonces, un monopolio de partidos lopezobradoristas. Como las empresas dominantes que tienen varias marcas para atraer a distintas clientelas.

En 2018, Andrés Manuel López Obrador utilizó al PT y Encuentro Social para lanzar candidatos que ya no cabían en Morena. Al final, ya cuando se constituyó el nuevo , se reagruparon los diputados y senadores, de tal suerte que el lopezobradorismo quedó sobrerrepresentado en ambas cámaras. Mucho más del ocho por ciento que permite la .

Hoy, alrededor de Morena orbitan el PT, el Verde y el PES, que ahora se llamará Encuentro Solidario. Agreguemos, ahora, a Progresistas (RSP) y Fuerza Social por México (FSM). El lopezobradorismo tendrá seis marcas-partidos a su disposición.

¿Para qué tantos?

Uno, como ya dije, para hacer una estrategia conjunta de ganar curules de diputados en la próxima elección de 2021, de tal suerte que puedan mantener la mayoría simple e, incluso, como tienen hoy en día, la calificada para reformar la Constitución.

Pero también los nuevos partidos pueden servir de vehículos a posibles presidenciables que no ganen la candidatura de Morena para el 2024.

Si Marcelo Ebrard no es el agraciado para ir como candidato presidencial morenista, podría utilizar a RSP para tal efecto. Se trata del partido que comanda la maestra Elba Esther Gordillo a través de su yerno, Fernando González. Es conocida la cercanía de la exlíder del magisterio con el pupilo favorito de Manuel Camacho. Ambos la encumbraron al frente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación cuando el presidente Salinas defenestró a Carlos Jonguitud Barrios.

Lo mismo podría pasar con . Si no lo lanza Morena en el 2024, tendría a su disposición a FSM, partido que comanda  Barba, líder sindical muy cercano al coordinador de los senadores morenistas.

Y no descartemos que el PES vuelva a realizar la misma maniobra electoral que hizo con Cuauhtémoc Blanco cuando lo lanzó como candidato a presidente municipal de Cuernavaca con la idea de ganar votos, mantener el registro y conseguir más dinero público. Gracias a su popularidad, el futbolista ganó. Luego lo volvieron a lanzar como candidato a la gubernatura de Morelos e, igual, triunfó. Hoy es el peor gobernador evaluado de todos, pero no descartemos que el líder del PES, Hugo Éric Flores, ahora lance a Cuauhtémoc Blanco a la presidencia para ver si es chicle y pega por tercera ocasión.

 

                Twitter: @leozuckermann

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