En el sumun de la comunicación, conviviendo medios como: radio, televisión –abierta y cerrada- esta última con acceso por cable o satélite y casi siempre pagando; ambos con noticieros, programas de opinión y otros- cine, internet, redes, apps diversas para hablar, enviar imágenes y hasta sugerencias perversas; temas como la democracia, la política –con sus variables entre ellas el populismo– los derechos fundamentales, el terrorismo y el crimen en sus diversas acepciones, son algo común para cualquier ciudadano del mundo que tenga acceso a un aparato para conectarse. Desde el surgimiento de la televisión –aquella empotrada en un mueble de moda colocada en la sala de la mayoría de familias de clase media- los promotores y los detractores, han polemizado sobre las bondades o maldades de sistemas “modernos” de comunicación que parecen aislar a los individuos de los esquemas tradicionales de convivencia.
Seleccionando política, hasta los preescolares están en posibilidad de observar que por igual en América –latina o del norte- Asia, Europa incluso África o Australia, los seres humanos, se congregan en multitudes, generalmente para expresar su molestia, con mayor o regular virulencia, en contra de gobiernos cuyas gestiones iniciaron con amplio respaldo popular después de varias metodologías democráticas. Paralelas a estas manifestaciones “populares” aparecen es escena diversos cuerpos de contención -policíacos, militares o para-militares- que, según la estrategia gubernamental, reprimen, golpean, encapsulan o arrestan- en relación directa a la percepción de inseguridad que el gobierno tenga. ¿Podemos describir a este fenómeno como guerras del miedo? Si los gobernantes temen ser derrocados o cuando menos repudiados ¿A que le temen los ciudadanos?
Diversos especialistas, han utilizado litros de tinta y kilos de papel –hablando en lenguaje no digital- llegando a concluir que: el populismo no es un fenómeno de la modernidad, los griegos tuvieron amplios capítulos presididos por pitonisas y diversos héroes, girando en derredor de demokratia, en cuyo contexto se dice nacieron los primeros demagogos. Esta manera de gobernar le dio a Atenas inicialmente supremacía a personas –hombres y mujeres– de masas empobrecidas por sobre las elites a las cuales impuso onerosas obligaciones. Para lograrlo se arroparon en muchedumbres carentes de las calificaciones –destreza, conocimiento y buen juicio- necesarias para el ejercicio de la gobernanza y lo que a lo largo de la historia se constituyó en el arte de la política. A dichas aglomeraciones se les prometía incluir en diversos ámbitos de poder, cosa que no se cumplió y a final del día, la arrogante superioridad ateniense terminó destruida luego de masacres, incluso contra quienes fueron sus aliados. ¿Cuáles han sido los factores de miedo de los pueblos sometidos al populismo a través de la historia? ¿por qué los populistas surgen y se envalentonan en medio de las crisis?
Si revisamos el cúmulo de gobiernos populistas surgidos en el marco de la guerra fría y luego de problemas financieros como los que afectaron al mundo en el 2008, podemos simplificar que la inmigración y el terrorismo, son los factores que en las últimas décadas más han llegado a caer como anillo al dedo para fortalecer a dichos líderes, que tal cual en la mayoría de los casos igual que ocurrió en Atenas, carecen de las cualidades mínimas para conducir un gobierno. Los resultados desalentadores se acumulan en corto tiempo, ¿Eso ocurre con el muro de Donald Trump? las pretensiones de impedir que las migraciones se mezclen o distorsiones la pureza de raza o nacionalismo de los países a donde llegan “los ilegales” ¿son una socorrida plataforma para la oferta de mayores ingresos y mejores empleos, en beneficio del vulgo entusiasmado con la oratoria del populista?
Ante lo inevitable de la migración ¿los pueblos continúan apoyando al líder simpático y populista? Si la equidad de género no pasa de ser retórica, ¿las mujeres siguen siendo factor de apoyo al inexperto en materia económica, social y política? ¿Cuánto dura en las masas el control sustentado en el asedio, la paranoia, la oferta de justicia vengativa y el beneficio de las limosnas? Una persona de clase media –baja, según le califican- al recibir un video, donde se trasmiten las instrucciones de participación en “mítines de apoyo”, donde los llamados acarreados reciben una torta, un refresco y un billete, la emprendedora informal dijo “bueno no fueron obligadas a ir y a nadie le sobran 200 pesos” ¿Es Usted de los que piensa que México es un país corrupto, manejado por el crimen, sin horizonte y sin más camino que el populismo de derecha, de izquierda o sin doctrina? No se limite solo a recibir lo que le mandan personas interesadas. Aproveche las bondades de la tecnología que puede manejar con sus manos y revise la historia de un país que ha sobrevivido a las más grandes perversidades. Un México lleno de tradiciones convertidas en realidad, en sus mercados, sus plazas, sus campos, sus universidades, sus literatos, científicos, artistas de toda índole y aun sus estudiantes que con o sin beca, seguirán enorgulleciéndonos.
Y es que más allá de las antítesis que promueven los populismos –elites contra gente común que aprende a ser feliz en las condiciones que le toca vivir- del decremento económico global, el fatal desempleo, la retórica excluyente de quienes no se consideran afines, la desgracia del arribo al poder a los ignorantes; la raza humana, continuará habitando el planeta, basada en las posibilidades de los que saben sembrar una papa, aunque los productores y compradores de papitas empacadas, deban buscar