A pocos días de las elecciones presidenciales del martes en , , y sus principales aliados recorren el sábado estados cruciales del Medio Oeste industrial y de la costa sureste, en una frenética carrera para movilizar a los votantes mientras presentan sus argumentos finales.

Reflejo de lo que está en juego en estos comicios y del impacto negativo de la pandemia de coronavirus, ya se han emitido un récord de 90 millones de votos anticipados, en lo que se perfila como las elecciones con mayor participación electoral del último siglo.

El presidente republicano Trump, de 74 años y quien busca un segundo mandato, se centraba en territorios clave al igual que su adversario demócrata Biden, de 77 años.

En Pensilvania (noreste), el mandatario continúa a un ritmo frenético de cuatro eventos, mientras en Míchigan (norte) Biden y el expresidente Barack Obama, de quien fue vicepresidente, aparecerán juntos por primera vez en la campaña.

El vicepresidente Mike Pence, mientras tanto, hacía mítines en Carolina del Norte (este) -donde Trump y Biden compiten codo a codo- mientras que la compañera de formula de Biden, Kamala Harris, estaba en Florida (sureste), otro estado clave donde la competencia está reñida.

Pensilvania, donde Trump obtuvo una estrecha victoria sobre la demócrata Hillary Clinton en las elecciones de 2016, se ha convertido en uno de los objetivos más codiciados de este año.

En su caravana motorizada rumbo al condado rural de Bucks, en Pensilvania, Trump pasó frente a cientos de sus partidarios sosteniendo pancartas en su apoyo.

Durante un mitin en ese lugar, Trump arremetió contra Biden mientras describía su propio enfoque abiertamente disruptivo de la política, como si estuviera al servicio de los votantes.

Si no juego siempre según las reglas de Washington y del establishment de Washington, es porque fui elegido para luchar por ustedes, y luché más por ustedes que cualquier otro presidente en la de nuestro país», dijo.

CORONAVIRUS AL CENTRO DEL DEBATE

Pero la carrera electoral ha sido eclipsada por la creciente pandemia. El viernes se registraron más de 94.000 nuevas infecciones, otro nuevo máximo, y el total de casos superó los nueve millones, según datos de la Universidad Johns Hopkins.

Casi 230.000 personas han muerto por el virus en Estados Unidos, el país más afectado.

En marcado contraste con Trump -cuyo hijo Donald Trump Jr. dijo el jueves a la cadena Fox que las muertes de covid-19 habían caído a «casi nada»- Biden ha seguido escrupulosamente las recomendaciones de los expertos en salud pública.

Él y Obama se presentarán el sábado en Flint y Detroit ante una audiencia instalada en autocines, respetando el distanciamiento social, y con el cantante superestrella Stevie Wonder como invitado musical.

Trump, aparentemente ajeno al avance del virus, sigue minimizando los peligros de la enfermedad.

Si te contagias, te mejorarás y luego serás inmune», aseguró cerca de Detroit, en uno de sus multitudinarios mítines a los que muchos acuden sin tapabocas.

La pandemia ha devastado la economía y, si bien ha habido signos de recuperación, millones de personas siguen sin trabajo.

 

ESTADOS CLAVE

La elección tiene lugar en un país profundamente dividido, con sentimientos tan polarizados que la venta de armas ha aumentado en algunas zonas. Los negocios en algunas ciudades están protegiendo sus vitrinas, mientras la policía se prepara para posibles disturbios.

Trump, que ha tratado de vender los éxitos económicos de su presidencia, va detrás de Biden por unos 8 puntos en el promedio de encuestas nacionales, pero la victoria del martes se juega en un puñado de estados donde la brecha es mucho menor.

El presidente ganó en Míchigan por un estrecho margen de 0,2 puntos en 2016, pero este año el exvicepresidente Biden lidera las encuestas con siete puntos de ventaja, según un promedio de encuestas de RealClearPolitics.

Eso lo coloca en el primer lugar para obtener los 16 votos electorales de este estado, un salto considerable hacia los 270 que necesita para ganar la Casa Blanca.

En 2016, Trump aprovechó la baja participación electoral entre los votantes negros de Míchigan para conseguir la victoria allí. Ahora, Biden hace campaña con el primer presidente negro de la nación, esperando movilizar a los votantes afroamericanos.

Desde la semana pasada, Obama puso su popularidad al servicio de Biden. Organizó varios actos en los que criticó repetidamente la respuesta de Trump a la pandemia.

En 2016, Trump ganó por un margen muy estrecho los 20 votos electorales de Pensilvania, donde nació Biden.

Biden se presentará en su estado natal el domingo y el lunes, en una clara señal de que le considera un territorio crucial.

Mientras que la noche de las elecciones, el demócrata se dirigirá al país desde su bastión en Wilmington, Delaware (este), según anunció este sábado su campaña.

La contienda electoral también se vivió en el suroeste del país el viernes, con recorridos del vicepresidente Pence en Arizona, y de Kamala Harris en Texas, otros dos estados clave.

Texas, un bastión tradicionalmente conservador y un preciado trofeo que aporta 38 votos, podría dar la sorpresa virando del rojo republicano al azul demócrata, algo que no ocurre desde el triunfo de Jimmy Carter en 1976.

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