Al momento de escribir esta columna, Joe Biden, candidato demócrata a la Presidencia de Estados Unidos tiene un total de 71 millones 592 mil 227 votos. Por su parte, el presidente Donald Trump suma 68 millones 39 mil 390 sufragios. Biden le lleva una ventaja de tres millones 552 mil 837 votos, equivalentes al 2.5% del total de la votación.
No obstante esta clara ventaja, todavía no sabemos si Biden desbancará o no a Trump. Esto se debe al anacrónico sistema electoral indirecto de Estados Unidos. Ya pasó en 2000 y 2016 que el candidato que recibió más apoyo ciudadano no fue el que ganó la Presidencia. Un absurdo, a todas luces, en un sistema democrático donde, supuestamente, tiene que ganar el candidato que recibió la mayoría de los votos.
En lo personal, yo sigo creyendo que Biden ganará la Presidencia.
Ayer finalmente se llevó los estados de Wisconsin y Michigan que en 2016 había ganado Trump. De esta forma sumó 253 electores. Se requieren 270 para asegurar la Casa Blanca. Le faltan 17.
A escena entran los estados que todavía están en disputa. Arizona da once electores. Ahí va ganando Biden con el 86% de los votos contados. La cadena CNN no ha querido darle la victoria al candidato demócrata en sus proyecciones. Extrañamente, Fox News, tan cercana al presidente Trump, sí proyectó la victoria de Biden. He realizado un ejercicio numérico y me parece que tiene razón Fox News. Arizona se lo llevará Biden. Luego entonces, sumará 264 electores. Le faltarían seis para ganar.
Conque se lleve uno de los estados que todavía están en disputa (Nevada, Georgia, Carolina del Norte y Pensilvania) desbancará a Trump de la Presidencia. Haciendo otro ejercicio numérico, creo que Biden tiene una buena probabilidad de llevarse Nevada y, en una de esas, Georgia.
Por su parte, el presidente Trump, para asegurar la reelección, tendría que ganar los cuatro estados mencionados. La tiene más cuesta arriba que Biden. Es por eso que, en este momento, los apostadores le están dando una probabilidad de 85% de ganar al exvicepresidente de Obama.
¿Puede ganar Trump?
Sí, porque, como siempre digo, una probabilidad baja no es una probabilidad cero. Ahorita trae el 15 por ciento.
Hay que también ver los dichos y los hechos de los candidatos desde el martes.
Biden trae un discurso de ganador invitando a los estadunidenses a la unidad después de cuatro años de trumpismo polarizador.
Trump, por su parte, aparece como perdedor alegando que si pierde es porque le hicieron fraude. Para tal efecto, su campaña está iniciando acciones legales para detener el conteo de votos en los estados que cree que va a perder, pero no en los que cree que va a ganar. Vaya hipocresía. La campaña de Biden, más serena, simplemente está reaccionando a las demandas legales de su adversario con la postura de que se cuenten todos y cada uno de los sufragios que todavía están pendientes de tabular.
Si efectivamente pierde Trump, la pregunta es si va a reconocer los resultados y aceptar su derrota. No parece ser el caso. Ya se lanzó al discurso del fraude, algo que conocemos bien los mexicanos. Con una diferencia: López Obrador adujo eso siendo candidato presidencial derrotado mientras que Trump es el presidente de Estados Unidos en funciones, con todo el poder de esa institución.
Aquí la pregunta fundamental, me parece, es si los republicanos acompañarán al Presidente en su aventura de declarar fraudulenta la elección. No va a estar fácil porque a los republicanos les fue muy bien el martes pasado. Retuvieron la mayoría en el Senado, ganaron escaños en la Cámara de Representantes (aunque los demócratas retendrán la mayoría) y mantuvieron la mayoría de los congresos estatales. Está difícil sostener el argumento de que sólo les hicieron fraude en la elección presidencial.
Si pierde Biden, tendremos, de nuevo, un presidente minoritario. Difícil que los demócratas se traguen dos veces seguidas este sapo. Es una gran injusticia. Previsiblemente se multiplicarán las voces que exigirán una reforma para asegurar que gane el candidato presidencial más votado y punto.
Lo que es un hecho es que Estados Unidos es un país muy dividido donde se tienen que calmar las pasiones para evitar actos violentos. Trump, desde luego, no es el hombre adecuado para hacerlo. Al revés, podría generar más violencia que se puede salir de las manos. Y no sé si Biden vaya a tener el poder y la energía para enfrentar ese gran reto. Pero de que es mejor que Trump, no tengo duda.
Twitter: @leozuckermann