No es “correcto” ni “debido” que se tomen fotografías a los adultos mayores que acuden a vacunarse contra la , consideró el doctor Francisco Javier Acuña Llamas, comisionado del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales ().

Por esta razón, el organismo solicitará una reunión urgente con la Secretaría de Gobernación (Segob) para advertir sobre los riesgos que se corren al solicitar la presentación de la credencial del Instituto Nacional Electoral () y la toma de fotografías durante la aplicación de las vacunas.

“¿Para qué se necesita? No debería de necesitarse, no es prioridad, no es correcto, no es debido incluso: las dos cosas. Son esquemas invasivos“, dijo durante una entrevista con Aristegui en Vivo.

“Levantar datos personales, recabar datos personales, por ley es un asunto que debe respetarse con absoluto rigor tanto por las autoridades públicas como cuando lo hacen también los particulares.  En este caso estamos hablando de las autoridades. Este ejercicio de vacunación necesita cumplir con un elemento fundamental que es el aviso de privacidad que se le tiene que dar a cada persona a la que se le pida cualquier dato”, detalló.

Acuña distingue entre el registro en la plataforma ‘Mi ‘, donde se solicitan una serie de datos personales para acceder a la vacunación y aquellos que se piden en el momento de efectuarse ésta: “Tomar fotografía al rostro del vacunado no es correcto, es desproporcionado y no tiene sentido alguno”.

Se manifestó de acuerdo con que se solicite la Clave Única de Registro de Población (CURP) para que exista certeza sobre a quiénes se les vacunó. No obstante, ésta se puede anotar manualmente en un papel. “Otra cosa es que se le haga una copia o se fotografíe la credencial de elector y peor es que se tome una fotografía al adulto mayor a cortísima distancia; además se dice, que obligándole por supuesto a quitarse la mascarilla o el cubrebocas para que lógicamente sea identificable el rostro”, mencionó.

El comisionado aseguró que las fotografías forman parte de los datos sensibles de las personas, por lo que el hecho de tomarlas entra en una gama más sofisticada de recabar datos personales, en este caso de orden biométrico, y peor si hubiese presiones o condicionamientos para ello: “Por otro lado, se ha dicho que pudiera haberse condicionado, que si hay resistencia o rebeldía de las personas que para estos efectos son así requeridos, no se les aplicaría la segunda dosis”.

Aseguró que la gente suele aceptar este tipo de prácticas porque en el país existe poca información respecto a los derechos que se tienen al respecto, a lo que se suma la situación de trámites que implican consentimientos implícitos y no expresos. Comentó que en el caso de la emisión de pasaportes, la Secretaría de Relaciones Exteriores () ha instrumentado la firma de un aviso de privacidad.

Francisco Javier Acuña destacó el contexto preelectoral en el que se da la campaña de vacunación, por lo que dijo que tomar fotografías de éstas y de quienes son vacunados es un acto desproporcionado desde la perspectiva de la protección de datos personales, por lo que hay formas menos invasivas de enfrentar la cuestión.

“Tenemos una mesa técnica con la Secretaría de Salud y con todo el sector salud en la que les hemos hecho estas precauciones desde hace un mes, cuando ya se veía venir lo de la vacunación. Estuvimos y estamos trabajando con ellos para que de manera proactiva se incorporara un aviso de privacidad en la recolección de datos cuando la gente se registre”, aseveró.

Con la toma de fotografías y el requisito de la credencial del Instituto Nacional Electoral (INE) en el momento de la aplicación de la dosis de la vacuna, se corre el peligro de “ir más allá de lo necesario” en cuanto a la recolección de datos personales, que “debe siempre ser proporcional, lo justo para el fin estrictamente para que se requiere esa información”. En ese sentido, el levantamiento de un padrón de adultos mayores es riesgoso porque se trataría de un “padrón improvisado que en este contexto preelectoral no sería conveniente”. En su lugar se podría requerir la tarjeta de adultos mayores u otras alternativas que no impliquen la electoral.

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