El actual gobierno de México se caracteriza por su ineptitud e impericia. Todo parte del concepto del jefe, el presidente López Obrador, de que gobernar es fácil. Falso. Ya lo estamos viendo en los pobrísimos resultados de este gobierno. Un ejemplo es el programa Jóvenes Construyendo Futuro (JCF) de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social. Tomo los datos de la auditoría que realizó la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
JCF es uno de los programas sociales del gobierno. Su objetivo es transferir tres mil 600 pesos al mes a jóvenes que ni estudian ni trabajan, con una edad de entre 18 y 29 años. Durante un año, reciben este pago mientras trabajan en alguna empresa, institución pública u organización social con el fin de capacitarse y desarrollar habilidades.
JCF comenzó a operar en enero de 2019. El gobierno gastó casi 24 mil millones de pesos en este programa, de los cuales la ASF auditó el 18.8% en dos estados muestra que seleccionó: Chiapas y la Ciudad de México.
A continuación, resumo y gloso los resultados de la auditoría a JCF:
* Personas que cobraban dos becas: las de JCF para capacitarse y las dedicadas a apoyar a estudiantes de educación superior. En la muestra, identificaron a 760 muchachos en esta condición que recibieron pagos por ocho millones y medio de pesos.
* No podían faltar los “Servidores de la Nación”, el ejército electoral del gobierno de AMLO, a los que la Secretaría de Bienestar les paga un sueldo mensual. Resulta que la ASF encontró a 47 de ellos que también cobraban su beca en JCF por un monto de medio millón de pesos.
* Parte importante de JCF era que los muchachos tuvieran un mentor que les ayudara en todo este proceso. La ASF encontró que 29 mil 354 becarios, con apoyos por 698 millones de pesos, no contaban con dicho tutor. Los dejaron solos. Nadie supervisaba que, efectivamente, laboraran y aprendieran un oficio.
* La auditoría verificó que los beneficiarios estuvieran capacitándose en un trabajo. Comenzaron por identificar a las empresas que habían recibido a los muchachos. En Chiapas, de los 19 mil 219 Centros de Trabajo, cuatro mil 629 (el 24%) no tenían Registro Federal de Contribuyentes, lo cual, por cierto, no era un requisito. Increíble. Por un lado, el gobierno nos exige pagar impuestos y, por el otro, beneficia a empresarios que no pagan ni un quinto porque ni siquiera están registrados.
* La ASF procedió a comprobar que existían los Centros de Trabajo en el Sistema de Posicionamiento Global, es decir, las personas físicas y morales que recibieron a los jóvenes. En Chiapas, de 141 expedientes, sólo localizaron a 22 que coinciden con las fotografías presentadas. De los 119 restantes, las imágenes encontradas corresponden a fachadas de casas habitación, terrenos o distintos locales. Por su parte, en la Ciudad de México, de 120 expedientes, sólo se localizaron 23 Centros de Trabajo; los 97 restantes corresponden a fachadas de casas habitación, parques o direcciones no localizadas. No es posible determinar si existen más del 80% de los lugares donde laborarían los jóvenes. Una barbaridad. En una de ésas, los muchachos cobraron sus becas y nunca trabajaron.
* Con el fin de constatar la existencia de los beneficiarios y la correcta recepción de los apoyos, la ASF seleccionó una muestra aleatoria de 75 becarios, 50 en la CDMX y 20 en Chiapas, los cuales recibieron recursos por más de un millón y medio de pesos. “15 becarios (14 en CDMX y uno en Chiapas) reconocieron haber iniciado su capacitación en el 2019 con una jornada laboral de entre 5 y 8 horas diarias de lunes a viernes, y que conocían la actividad del Centro de Trabajo al que estuvieron adscritos; 14 indicaron que contaron con tarjeta electrónica BBVA Bancomer y recibieron el apoyo mensual por tres mil 600 pesos; 13 becarios señalaron que recibieron la capacitación en un periodo de 1 a 12 meses; 10 manifestaron que contaron con seguro médico y siete indicaron haber recibido constancia de capacitación. De los 60 becarios restantes (36 en CDMX y 24 en Chiapas) no se logró establecer comunicación telefónica, toda vez que no existía el número telefónico o no correspondía al becario, o bien, se encontraba fuera del área de servicio”. En otras palabras, la ASF sólo pudo constatar que existían el 20% de los beneficiarios; al 80% restante no los encontraron.
Los resultados de la auditoría de la ASF son compatibles con una investigación publicada el año pasado por la organización civil Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad. Gracias a estas dos fuentes hoy sabemos las deficiencias de uno de los programas sociales del gobierno de AMLO.
Twitter: @leozuckermann