• El de está invirtiendo 132 mil millones de pesos menos en apoyos para madres solteras y cuidado de la infancia que lo que la mayoría de los países de la OCDE invierten.
  • La falta de recursos para madres solteras no fue siempre una realidad en México, es producto de la decisión del actual gobierno de eliminar los dos programas de que operaron en México durante los últimos 10 años.
  • Se ha demostrado que los antiguos programas de apoyo a madres solteras y cuidado de la infancia tenían, tanto una mayor cobertura, como mejor calidad y resultados que el programa implementado por la actual administración.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), aproximadamente 33 de cada 100 en México son madres solteras, el 70% de las cuales trabajan para mantener a sus familias. A pesar de la magnitud e importancia de estas cifras, durante los primeros dos años del actual gobierno se ha reducido, considerablemente, el monto de recursos destinados a apoyos para madres solteras y cuidado de la infancia.

El de Egresos de la Federación 2021 contempla $2,684 millones de pesos para el financiamiento del Programa de Apoyo para el Bienestar de las Niñas y Niños, Hijos de Madres Trabajadoras, el principal programa de apoyo para madres solteras implementado por el actual gobierno. El monto invertido en este programa representa tan sólo el 0.16% del PIB mexicano. Si esta cifra se compara con el nivel promedio de gasto en apoyos para madres solteras y cuidado de la infancia de los países miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), se observa que México está invirtiendo 132 mil millones de pesos menos que la mayoría de los países de la OCDE.

Sin embargo, la falta de inversión en apoyos para las madres solteras y para el cuidado de la infancia no ha sido siempre una realidad en México; más bien, la situación actual es, en gran medida, el resultado de la decisión del Gobierno de México de eliminar dos de los principales programas de apoyo a madres solteras y cuidado de la infancia que operaron en el país durante los últimos 10 años: el Programa de Estancias Infantiles para Apoyar a Madres Trabajadoras, y el Programa de Inclusión Social Prospera.

De acuerdo a datos de la OCDE, durante los años de operación de ambos programas, el presupuesto destinado al apoyo de madres solteras y cuidado de la infancia en México equivalía a alrededor de 111 mil millones de pesos. Esta cifra es mucho mayor que la que actualmente se invierte en este rubro y, además, es una cifra que se encontraba tan sólo 24 mil millones de pesos por debajo del promedio de inversión de la OCDE en dichos temas.

A la reducción en presupuesto se añade, además, el hecho de que, mientras que el actual Programa de Apoyo para el Bienestar de las Niñas y Niños, Hijos de Madres Trabajadoras únicamente ha beneficiado a 219,925 madres y sus hijos, los antiguos programas de apoyos a madres solteras y cuidado de la infancia beneficiaron a millones de madres solteras y sus hijos. El Programa de Estancias Infantiles para Apoyos a Madres Trabajadoras, por ejemplo, benefició a 1,825,394 madres desde el inicio de su operación en 2007. Por su parte, el Programa Prospera ofreció consultas de salud y nutrición a 645,600 mujeres embarazadas y lactantes, así como a sus hijos menores de 5 años, y benefició, cada año, a más de 3 millones de niños y niñas, así como a sus madres, con becas educativas y trasferencias monetarias (condicionadas a que los niños beneficiados continuaran en la escuela), con el propósito de impulsar la de los niños y complementar los ingresos familiares.

Pero no sólo eso, la calidad y resultados de los antiguos programas de apoyo para madres solteras y cuidado de la infancia eran también superiores. De acuerdo a las evaluaciones realizadas por el Consejo Nacional de Evaluación de la de Desarrollo Social (), el nivel de satisfacción, calidad y confianza experimentado por las madres beneficiarias del Programa de Estancias Infantiles para Apoyar a Madres Trabajadoras era cercano al 95%. Adicionalmente, la institución reportó que la mayoría de las beneficiarias de este programa eran madres solteras con educación preparatoria, con dos hijos, y con ingresos menores a los $3,000 pesos mensuales.

En cuanto al Programa de Inclusión Social Prospera, el Coneval reporta que dicho programa tuvo múltiples consecuencias positivas. Por un lado, se ha demostrado que tanto las becas como las transferencias monetarias redujeron el abandono y la reprobación escolar y aumentaron la escolaridad promedio en las zonas rurales del país en 1.4 años. Por otro lado, también se ha documentado que las consultas de salud y nutrición para madres e hijos menores de 5 años mejoraron la talla y el peso tanto de las madres como de los hijos, y redujeron el número de casos de anemia y desnutrición. Finalmente, se ha comprobado que las consultas de salud redujeron considerablemente la mortalidad materna e infantil.

En contraposición, el Coneval ha encontrado que el actual Programa de Apoyo para el Bienestar de las Niñas y Niños, Hijos de Madres Trabajadoras, al enfocarse en la entrega de beneficios económicos sin condición (a diferencia del Programa Prospera que requería que los niños permanecieran en la escuela para que la familia recibiera los apoyos), resulta ser menos eficaz para prevenir y mitigar los problemas enfrentados por las madres solteras y sus hijos en México.

Como consecuencia, el Coneval ha hecho una recomendación oficial al gobierno federal para que se implementen mejores y mayores programas de apoyo para las madres solteras y sus hijos, especialmente en el área de estancias infantiles, asistencia social y prestaciones por maternidad, con el propósito de disminuir la carga de trabajo en el hogar experimentado por las madres solteras (la cual, además, ha incrementado a raíz de la pandemia por Covid-19), y así incrementar sus posibilidades de acceder a un mejor empleo, y de mejorar sus ingresos y calidad de vida, así como el de sus hijos.

Sin embargo, dada la tendencia gubernamental a reducir los recursos destinados al apoyo de madres solteras y cuidado de la infancia, resulta poco creíble que se implementen mejores y mayores programas de apoyo en el futuro.

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