Conozco gente que votó en 2018 por Morena y ahora dice que lo hará por Movimiento Ciudadano (MC). Están, desde luego, en su derecho, pero creo que desperdiciarán su . Explico por qué.

Yo estoy convencido de que la próxima elección federal —no las locales que tienen otra lógica— será para decidir si darle más poder al presidente López Obrador en la segunda parte de su sexenio o si ponerle un límite con un contrapeso desde el . Los que quieran lo primero tendrían que votar por la alianza de Morena, PT y PVEM. Los que quieran lo segundo, por la coalición del PAN, PRI y PRD.

Entiendo y respeto a los que no quieren votar por los partidos del pasado y los del presente. Que ven en MC una tercera alternativa al futuro. Es precisamente la estrategia de este partido: posicionarse rumbo a la elección presidencial de 2024 como la opción para los que no quieren regresar a los horrores de la partidocracia del PAN, PRI y PRD ni que continúen los horrores del populismo lopezobradorista representados por Morena. PT y PVEM son los peores porque pertenecen a los dos grupos.

En este sentido, MC está invirtiendo para el futuro. Para ellos, la de 2021 es una elección con el fin de posicionar su marca como tercera opción.

Pero yo creo que no podemos soslayar la disyuntiva de la próxima elección del seis de junio: fortalecer o limitar al Presidente. Si es así, no queda de otra más que votar por la coalición gobernante o la opositora.

Debido a las características de nuestro sistema electoral mixto, donde se eligen 300 diputados por distritos por el principio de mayoría relativa (gana el candidato que tiene más votos) y 200 por representación proporcional en cinco circunscripciones, los seis o siete puntos que obtenga MC de la votación nacional acabarán fortaleciendo a la coalición mayoritaria en cada distrito, es decir, como lo demuestra el modelo de oraculus.mx, a Morena.

Sospecho que mucha gente desilusionada con Morena, pero que sigue apoyando a López Obrador, percibe esto y por eso sufragarán a favor de MC. Es una manera de respaldar al Presidente, pero salvando la cara. Rechazar al partido que lanzó a un violador como candidato a gobernador, y luego a su hija, pero indirectamente beneficiando al partido del Presidente para luego decir que ellos no avalaron los excesos morenistas. Una postura políticamente correcta.

Se vale. Como se vale que muchos panistas desilusionados vayan a votar por MC en el norte del país, en particular para la gubernatura de Nuevo León. Pero ahí ya estamos hablando de las elecciones locales que tienen otra lógica. Ahí se trata de elegir al mejor candidato a los gobiernos estatales y municipales independientemente del partido que lo respalde. Ahí ya no opera la disyuntiva entre fortalecer o limitar a .

Eso me lleva a otra reflexión para reforzar mi argumento.

El Congreso de la Ciudad de tiene 66 diputados. 33 se eligen por distritos y 33 por representación proporcional. Ahí sí vale la pena votar por terceras o cuartas opciones porque tienen más posibilidad de obtener más escaños. Hay menos sobrerrepresentación de los grandes. En la Cámara de Diputados federal no por el desequilibrio entre 300 de mayoría relativa y 200 de representación proporcional.

La disyunta en la elección federal entre fortalecer o limitar al Presidente es polarizadora. Ni modo, así están las cosas en México en este momento. MC está pensando más en el 2024. Pero, como dice Pablo Milanés, “el futuro algún día llegará”. Por lo pronto, hay que decidir qué hacer este domingo, lo que tendrá un efecto inmediato para la segunda mitad del sexenio de López Obrador.

De hecho, todo indica que MC quedará en una buena posición rumbo al 2024, pero por lo local, no por lo federal. Este partido se está enfilando para ganar las gubernaturas de Nuevo León y Campeche, así como varias alcaldías de ciudades importantes. Si a eso le sumamos que hoy ya gobiernan en Jalisco, podrán aspirar a ganar el poder nacional desde lo local, tal y como hicieron los panistas y luego los priistas en su momento.

Además, para ser consecuentes, Movimiento Ciudadano tendrá que demostrar que no es un partido que se alía legislativamente con los partidos del pasado ni con los del presente. Van a tener que hilar muy fino para ver cómo votan en la siguiente Legislatura. No pueden verse ni muy cerca de López Obrador ni de la oposición. Sospecho, entonces, que jugarán a la nada. Desde el punto de vista legislativo, nadarán de muertito para llegar “impolutos” al 2024. Y si es así, pues no vale la pena votar por ellos en la elección de diputados federales.

 

Twitter: @leozuckermann

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