De esta forma, los expertos examinaron factores imprescindibles para la descarbonización como la política climática de las Naciones Unidas, legislaciones nacionales, protestas y movimientos sociales, la desinversión en las industrias de combustibles fósiles y la cobertura mediática.
‘Ninguno de los diez impulsores sociales evaluados parece tener suficiente impulso para alcanzar una descarbonización profunda en 2050; a pesar de que lograr ese propósito a mediados de siglo resulta vital como parte de los objetivos climáticos establecidos en el Acuerdo de París’, señala el estudio.
Los especialistas resaltaron que, aunque se conoce el elevado costo económico de las emisiones de dióxido de carbono (CO2), la condición finita de las reservas de carbón y la posibilidad del desarrollo de energía limpia; aún no se dispone de las tecnologías necesarias para la eliminación rápida del contaminante en la atmósfera.
Asimismo, indican que la mayoría de los factores evaluados apoyan la intención de cero emisiones netas, como el componente ‘política climática, reforzado por la reincorporación de Estados Unidos al Acuerdo de París’ o protestas ambientalistas, las cuales pueden seguir presionando a los gobiernos después de la Covidd-19.
La Perspectiva del Futuro del Clima de la Universidad de Hamburgo analiza qué impulsores sociales pueden permitir y motivar el cambio, así como cuáles son los futuros climáticos estimables y cuáles no.
‘Nuestras conclusiones suponen una llamada de atención para la comunidad política y la sociedad en general’, concluyó Jochem Marotzke, uno de los principales colaboradores del estudio.