La ofensa, la descalificación la falta de respeto es el pan de cada día para los mexicanos que nacemos y crecemos con la idea de superación, ¡por parte del presidente de la República!
Al parecer, el conformismo debe ser el “valor” a defender, pero un conformista, es nada más y nada menos que, un mediocre.
¿Eso es lo que persigue este gobierno?, es una ofensa estudiar y prepararse para competir por empleo digno?
¿Es pecado aspirar a construir un patrimonio para nuestros hijos?
¿Es, ser anti mexicano soñar con un trabajo en la NASA, como varios compatriotas que ya están ahí que incluso han viajado al espacio? ¿Debe prohibirse aspirar a ser Premio Nobel de la Paz, Nobel de Literatura o Nobel de Química, como lo han logrado mexicanos distinguidos?
¿Por qué el insulto a quienes eligieron sus representantes y les dijo que no sabían por quién habían votado? ¿Acaso son idiotas los que ejercen su derecho de votar en libertad por quien quieran?
“Odio a los tiranos“, expresó el presidente Andrés Manuel López Obrador a quienes no lo siguen a ciegas. La palabra “odio”, en boca del dirigente de un país, sabe amargo, sin embargo, es el nuevo lenguaje político desde la más alta tribuna de Palacio Nacional.
¿Por qué el desprecio a la movilidad social?
Son muchos los problemas que aquejan a los mexicanos. La pandemia ha traído muerte y mucho dolor, se han perdido familias enteras, ha provocado que millones de compatriotas no tengan trabajo ni techo, ha causado miseria en el campo y en las ciudades.
La economía trastocada, ha roto las ambiciones de los empleados y trabajadores de pequeñas y medianas empresas, meseros y enfermeras que se empeñaban en vivir mejor.
México es hoy un pueblo empobrecido que sufre el embate que viene de fuera- la pandemia -, y desde dentro, el menosprecio del gobierno frente a sus necesidades ingentes.
Es muy doloroso ver cómo el país se estanca en cuanto a su desarrollo social y económico.
Es una infamia que, 5.2 millones de niños y jóvenes no pudieron seguir en la escuela, con un año perdido, ante la carencia de herramientas para continuar con su educación. ¿Cómo iba a funcionar la educación en línea si no todas las familias con tres o cuatro hijos no cuentan con una computadora?
El Gobierno ha fallado en el manejo de la pandemia, en la ausencia de un verdadero plan educativo y en la implementación de un plan para la reactivación económica.
Sólo se escucha el silencio del gobierno frente al embate del crimen organizado y la absoluta impunidad ante este azote; no cesan los feminicidios, los enfrentamientos y asesinatos de actores políticos.
Inmersos en la crisis mundial por el COVID, los mexicanos todavía, son vapuleados por su presidente que, le reprocha a la clase media, no ser su incondicional; que acusa a los ministros de la Suprema Corte, no ser honestos en sus juicios, a los organismos autónomos, los tilda de inútiles y onerosos, a los medios de comunicación y a periodistas, los califica de ¡“ hitlerianos”!
“Odio a los tiranos “, dice el presidente López Obrador.
¿Pero qué es esto?
Y para no dar la cara a los verdaderos problemas – por ineptitud-, como la falta de fármacos esenciales para salvar la vida de miles de mujeres, niños y jóvenes, el gobierno organiza ¡“Venta de garage”!
Remata, desde el avión 757 que usaban los presidentes en turno, una casa en Sinaloa que, perteneció a un connotado narcotraficante, otra mansión en CDMX, de otro destacado traficante de droga, también un palco en el Estadio Azteca.
¡Pasen al remate! Se vende. Joyas incompletas, porque ya le extrajeron las piedras preciosas-, más casas, ranchos. vehículos blindados y otros deportivos y el famoso avión que se rifó, pero no se rifó y no acaba de venderse, eso sí, se le sigue invirtiendo en mantenimiento unos cuantos millones de dólares.
El señor presidente está en todo, y con el discurso y sus decisiones, vende la imagen de un México ¡que no es!
¿Por qué ofende a los electores que eligieron una opción diferente a su Movimiento, de no saber siquiera por quién votaban?
¿Por qué ofende a los mexicanos? ¿Por qué dice que no saben lo que hacen?
La pregunta es: ¿por qué matar los sueños, las ilusiones las aspiraciones y empeños de una sociedad ávida de un liderazgo que la escuche?
¿Por qué no explicar e informar con amplitud a cerca de las causas del terrible accidente de la Línea 12 del metro, de los 26 muertos y 100 heridos y sus víctimas? De no aceptar que fue debido a una falla estructural, según los expertos que aún no concluyen el peritaje.
Y luego se enoja el presidente porque la información llega de fuera y culpa a los medios nacionales de montar una campaña de desprestigio, etc. etc.
¿Por qué y para qué dividir a los mexicanos si lo mejor es caminar unidos por el bien de todos?
¡Digamos la verdad!