Parece que la política –o la vida- mexicana está llena de paradojas.

Empecemos por usar dos definiciones de la paradoja: “Dicho o hecho que parece contrario a la lógica”. En literatura es una “Figura de pensamiento que consiste en emplear expresiones que aparentemente envuelven contradicción”.

La primera paradoja es que el crimen autorizado, esa asociación entre crimen y política, aunque eleva la corrupción a una escala mayor y asola a la sociedad, parece no generar una inestabilidad mayor. Hay gente que se “acostumbra” a la violencia y otra que se aterra y paraliza, eso frena la protesta política y parece no afectar la estabilidad política.

La segunda paradoja es que el fraude electoral se mantiene expresado de muchas maneras y sin embargo no parece deslegitimar las , aunque se burla la expresión y deseos de la sociedad al paso del engaño las partes se quejan en parte por no dejar y a ver si de lo perdido lo que aparezca, porque saben que todos engañan y como el dicho bien lo indica, el que se lleva se aguanta.

Tercera paradoja la económica. La economía mexicana va en declive comparada con el mundo, era 9o lugar en el año 2,000, ya va en el 15avo y cayendo, sin embargo, el país produce un número no proporcional de mil millonarios en dólares y una cantidad inmensa de pobres, al grado que se hace realidad ese cartón de Quino dónde Mafalda se horroriza por esa necedad de la clase media de bajar atropelladamente. Convendría detenernos un poco sobre lo difuso de la categoría clase media, la que sirve más para reforzar algunos supuestos sociológicos que para entender la estructura clasista mexicana, para esto convendría echarle un ojo a la metodología de Mao Tse Tung sobre las clases sociales en que incluyen una estructura compleja, en igual cabe en la clase media una familia que difícilmente termina el mes con sus ingresos que el de un ejecutivo de empresa que ahorra en varias monedas, ni son iguales, ni piensan similarmente, ni se comportan de forma parecida. Esta complejidad la han resuelto los sociólogos pluralizando: se habla de clases o capas medias y se redondea la imprecisión diciendo que son un amortiguador entre la burguesía y el proletariado, con lo cual la entelequia adquiere importancia. Descubrí que hay lumpen intelectuales, pero eso es parte de otro análisis. Así ante la desigualdad hay quién hasta se siente igual.

Cuarta paradoja, nuestros centros educativos empobrecen la (que todos los alumnos reciban seis de promedio por culpa de la pinche pandemia) y llegamos al punto en que usamos categorías prestadas de otras realidades para explicar situaciones que no entendemos y se justifica el error diciendo que se tropicalizan (o sea que se echan a perder con una adaptación pobre, que horror que demonicen al bello trópico), con lo cual los análisis vuelven todavía más nebulosa una realidad de por si difusa, así las ciencias que deben explicar relaciones complejas tienden una neblina que reduce la visibilidad, y muchas veces premian a los responsables del desaguisado y los vuelven funcionarios autónomos de organismos autónomos. Long Life Autonomy.

Quinta paradoja. La sociedad crea lenguajes especiales para que no los entiendan los demás remarcando las diferencias sociales, es el caso del caló y los albures, y aunque haya intentos de apropiación fallidos, como por ejemplo una mujer que usa albures sodomizadores, lo que es ilógico –como las paradojas- o que burgueses quieran hablar como lumpenes –llamados del carnal a que la raza vote por ellos, o sea el explotador tratando de apropiarse del lenguaje de los explotados-, la realidad es que las diferencias no desaparecen y posiblemente se remarcan más, pero la revancha de clase se acompaña de sonrisas, del que por una vez vence.

La existencia de las paradojas no es un elemento negativo o perturbador de la realidad, sino en ocasiones es todo lo contrario. Como dijo el político al que le robaron la frase: la lluvia ni nos beneficia ni nos perjudica, sino todo lo contrario.

Todos los sistemas tienen una cierta turbulencia, pero algunos tienen más capacidad de absorción y manejo de la turbulencia que otros, y por lo tanto, la turbulencia genera más o menos inestabilidad, la que también cuenta con una capacidad relativa para manejarla. Aquellos que dicen con asombro: “si esto hubiera sucedido en otro país habría una crisis”, demuestran que no entienden las condiciones para que el evento suceda aquí sin efectos mayores o que no se presente en otro país, o si se presenta en otro país tenga efectos muy distintos, porque a final de cuentas, cada quién tiene sus demonios y los medios para manejarlos.

Las paradojas ahí están, no son cosa reciente y con ellas vivimos, aprendamos a entenderlas.

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