El virus SARS-CoV-2, como otros virus, ha evolucionado, variantes genéticas han estado surgiendo y circulando por todo el mundo durante la pandemia de la COVID-19. Se espera que la evolución del virus continúe y cuanto más circula el SARS-CoV-2, más oportunidades tiene de evolucionar. Sin embargo, ciertas variantes, denominadas de preocupación, incluyendo la variante delta, han ganado atención debido a que su aparición tiene implicaciones en la gravedad clínica de la enfermedad o en la transmisión del virus.
La variante delta, de linaje B.1.617.2, también conocida como 20A/S:478K, fue identificada inicialmente en la India en diciembre de 2020. Se ha convertido en una de las variantes más prevalentes en India y otros países. Si los datos preliminares son confiables, la variante delta pronto podría convertirse en la variante más extendida en el mundo e inducir brotes en países donde las tasas de vacunación son bajas.
A continuación 5 de los puntos principales acerca de la variante delta:
1. ¿Qué diferencias presenta delta en comparación con otras variantes del SARS-CoV-2?
La delta (B.1.617.2) tiene más mutaciones que la variante B.1.617, de la que procede, mutaciones que parecen darle una ventaja de transmisibilidad sobre otras variantes.
Las dos mutaciones principales en la proteína en espiga que presenta delta son: L452R (sustitución de leucina por arginina en el aminoácido 452; impacta en la evasión inmune y la unión de la enzima convertidora de angiotensina de tipo 2) y E484Q (intercambia el ácido glutámico con glutamina en la posición 484; impacta en la evasión inmune y la unión de la enzima convertidora de angiotensina de tipo 2), ambas se han encontrado en otras variantes del virus. Además, presenta otras sustituciones: T19R, (G142D*), 156del, 157del, R158G, L452R, T478K, D614G, P681R, D950N.
De acuerdo con un comunicado emitido acerca de la transmisión y dispersión global de las variantes de SARS-CoV-2, la delta presenta aumento de 97% en la transmisibilidad (IC 95%: 76 a 117), en comparación con el virus SARS-CoV-2 sin variantes de preocupación.[1] También se ha reportado aumento en el número reproductivo efectivo de la variante delta de 55% (IC 95%: 4 a 68) comparado con la variante alfa (B.1.1.7, identificada originalmente en Reino Unido).
2. ¿La variante delta induce una enfermedad más grave?
La investigación sobre esto no es concluyente.
Según Public Health England, los primeros datos sugieren que delta causa más ingresos hospitalarios que la alfa. Información preliminar de Inglaterra y Escocia sugiere que las personas infectadas con la variante delta tienen el doble de posibilidad de requerir hospitalización frente a la variante alfa. Es decir, hasta este momento hay evidencia clara de que esta variante se transmite más y sugiere que más casos requieren de hospitalización.
La variante delta también parece producir síntomas diferentes y más graves, como dolor de estómago, náuseas y vómitos, pérdida de la audición y dolor en las articulaciones.
Un estudio de Singapur mostró que la infección con la variante delta se asoció con mayores probabilidades de requerimiento de oxígeno, ingreso en la unidad de cuidados intensivos (UCI) o muerte (odds ratio ajustado [ORa] 4,90; IC 95%: 1,43 a 30,78). Además, el odds ratio ajustado para neumonía fue 1,88 veces mayor (IC 95%: 0,95 a 3,76) para los infectados con delta, en comparación con la infección con linajes de SARS-CoV-2 que no son variantes de preocupación.[2]
3. ¿Las vacunas tienen actividad contra la variante?
Según datos del Reino Unido, la vacunación completa con las vacunas de Pfizer/BioNTech o de Oxford/AstraZeneca es en gran medida eficaz contra la variante delta, pero puede ser un poco menos eficaz que contra otras variantes e incluso menos en aquellos con una sola dosis.
En un estudio publicado en Reino Unido se encontró que haber recibido una dosis de vacuna de Pfizer/BioNTech reducía en 33% el riesgo de desarrollar COVID-19 causado por la variante delta, comparado con 50% para la variante alfa. Sin embargo, en quienes ya recibieron dos dosis de vacuna de Pfizer/BioNTech o de Oxford/AstraZeneca y están completamente vacunados, la efectividad aumenta a 88% y 60%, respectivamente.[3]
Por esta razón es muy importante que nuestros pacientes completen sus esquemas de vacunación contra la COVID-19 lo más pronto posible, ya que esta evidencia sugiere que los sujetos completamente vacunados tienen importante reducción de la posibilidad de enfermar por esta variante.
La evidencia actual confirma que las vacunas de Pfizer/BioNTech o de Oxford/AstraZeneca continúan siendo efectivas frente a esta variante.
4. ¿Cómo se ha comportado la variante en otros países?
La variante delta se ha identificado en al menos 85 países.
Reino Unido, que ha sido líder mundial en secuenciación del virus, ha reportado aumento en los casos semanales de COVID-19. El 18 de junio Public Health England reportó 33.630 nuevos casos por la variante delta, representando 99% de los casos secuenciados de COVID-19 en el país; el reporte señala que las vacunas continúan siendo efectivas previniendo hospitalizaciones por COVID-19 y que el principal lugar de exposición a la variante delta son entornos educativos.
De los 806 individuos infectados con la variante delta que fueron hospitalizados, 65% no estaba vacunado contra la COVID-19, 17% había recibido una dosis de la vacuna y solo 10% tenía el esquema completo. Este relevante reporte nos confirma que las personas no vacunadas son altamente susceptibles al virus.
5. ¿Qué le digo a mi paciente acerca de la variante?
Antes que nada, debemos comunicar a nuestros pacientes claramente que seguimos aprendiendo de esta variante, que aún no lo sabemos todo. Sin embargo, con base en la evidencia que tenemos hasta el momento, la variante delta se considera de preocupación, con evidencia de que se transmite de forma más eficiente que otras variantes, que se ha asociado con casos más graves de COVID-19 y las vacunas continúan siendo efectivas.
Debemos hacer hincapié a los pacientes en que aun cuando estén completamente vacunados es necesario seguir cumpliendo con todas las medidas de salud pública (distanciamiento físico, uso de mascarillas, ventilación adecuada, evitar lugares con aglomeraciones, lavado de manos, etc.) mientras los índices de vacunación continúen siendo bajos.
Ante la evidencia de que las vacunas son efectivas contra la variante delta, es urgente acelerar la vacunación en Latinoamérica y también es prioritario aplicar las segundas dosis de las vacunas que están pendientes, ya que basados en estos datos, es claro que es relevante tener un esquema de vacunación completo contra la COVID-19 para reducir el riesgo de infección contra las variantes de preocupación.