• afromexicanas presentan datos desagregados del CENSO 2020 que reflejan las desigualdades territorializadas que vulneran el pleno ejercicio de sus derechos, así como los primeros resultados de la Encuesta “Mujeres afromexicanas frente al COVID-19”
  • En salud, y trabajo, la desigualdad en mujeres afrodescendiente es profunda respecto a la media nacional.

21 de julio de 2021. En el marco del Día de la Mujer Afrolatinoamericana, Afrocaribeña y de la Diáspora, la Colectiva de Mujeres Afromexicanas en Movimiento (MUAFRO) y el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir llevaron a cabo el Conversatorio “Mujeres Afromexicanas: Luchas y estrategias de resistencia colectiva”, en el que se presentó el análisis de datos del CENSO 2020 que corresponden a esta población, los cuales, dejan ver una profunda desigualdad en sus derechos fundamentales.

El Día de la Mujer Afrolatinoamericana se conmemora desde 1992 y fue ideado con el propósito de sensibilizar y concientizar acerca de las desigualdades históricas, racismo y discriminación racial que experimentan millones de mujeres en el América Latina y el Caribe.

El conversatorio fue co-organizado por el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir (ILSB) organización con 20 años de trabajo en formación de liderazgos y acompañamiento de movimientos de mujeres. “Hoy las mujeres afromexicanas siguen enfrentando graves condiciones de desigualdad, que en el marco de la pandemia se han profundizado. Ellas alzan la voz hoy, compartiendo sus estrategias de resistencia colectiva para fortalecer el movimiento y expresando sus demandas a la autoridad. Como organización feminista, el ILSB se enorgullece de poder acompañar este proceso en el que Muafro es protagonista”, señaló Friné Salguero, directora del instituto.

Vicenta Camusso Pintos, lideresa afrouruguaya y pionera del movimiento de mujeres afrodescendiente en América Latina, resaltó la importancia que tiene la articulación entre mujeres afrodescendientes para erradicar esta situación. Resaltó que el desafío urgente en la región es el racismo y la discriminación histórica que continua latente en la sociedad, generando diversas violencias en contra de las mujeres, y niñas afrodescendientes. Así como la agudización de las desigualdades ocasionadas por el COVID-19.

Deyma Bernal Juárez, integrante de MUAFRO, destacó la participación de la colectiva en el CENSO 2020, organizado por el INEGI. Durante este proceso de construcción, la colectiva exigió la inclusión de la mirada afrodescendiente y estableció una negociación con las autoridades para que se tomaran en cuenta variables que impactan de manera directa la vida de las mujeres afromexicanas; a fin de obtener datos estadísticos claros sobre las coindiciones en las que vive el pueblo afro. De igual manera llevaron a cabo una campaña dirigida a las comunidades afro para sensibilizar la importancia de la autoadscripción.

Entre los datos más relevantes que arroja el censo, destaca la profunda desigualdad en acceso a la salud, educación, trabajo y acceso a internet, pues se encuentra considerablemente por debajo de la media nacional.

Variable Media Nacional Municipios con más del 70% de población afro
Salud 51 % afiliadas al seguro social 3.4% afiliadas al seguro social
Promedio de hijos nacidos vivos 2.1 hijos por mujer 3.3 hijos por mujer
Analfabetismo (mujeres mayor a 15 años) 4.4% es analfabeta 19.6% es analfabeta
Escolaridad en mayores de 15 años (mujeres) 9.6 años de educación 6.7años de educación
Población económicamente activa 62%

49.5% (mujeres)

46%

25.4% (mujeres)

Computadora, laptop o Tablet 37.65% 8.3%
Acceso a Internet 52.1% 11.8%

“Buscamos que a partir de los resultados desagregados del Censo 2020 se puedan construir , programas y acciones afirmativas que permitan salir del rezago las comunidades mayoritariamente afromexicanas, y especialmente aquellas dirigidas a las mujeres afromexicanas que somos directamente afectadas por estas desigualdades” comentó Bernal.

Impacto de Covid 19 en Costa Chica

Maribel Santiago Arellanes y Rosa María Hernández Mendoza, integrantes de MUAFRO, presentaron los resultados preliminares de la Encuesta “Mujeres afromexicanas frente al COVID-19”, que lleva a cabo la colectiva a fin de recabar datos sobre los impactos que ha tenido del COVID 19 en las mujeres afromexicanas.

Uno de los impactos más visibles es el económico, debido a la contracción de la economía comunitaria, los ingresos han disminuido y muchas fuentes de empleo se han perdido. Esto aunado a la carga del trabajo de cuidados que han tenido un impacto en las relaciones personales de las mujeres afromexicanas, generando altos niveles de estrés, tristeza, ansiedad, depresión y un menor grado de felicidad.

En lo que se refiere a la vacunación del COVID-19, a pesar de que la estrategia ha avanzado, en algunos casos se llevó a cabo solo en las cabeceras municipales dificultando el acceso a personas de escasos recursos y a quienes no tenían quien los acompañara.

La encuesta evaluó la estrategia educativa implementada por las autoridades, pues la pandemia obligó a quienes tienen la oportunidad de continuar con sus estudios universitarios fuera de su lugar de origen, a regresar a sus comunidades. Debido a las dificultades de conectividad no han podido seguir de manera adecuada con su educación; y quienes tienen que quedarse en las ciudades, deben trabajar para solventar sus gastos de adquisición de equipos y pagos de renta, comida y servicios. En ambas situaciones resalta la falta de empatía, consideración y flexibilidad del profesorado de los Centros Educativos.

Los resultados de esta encuesta evidencian que las mujeres afromexicanas enfrentan la pandemia en condiciones de desigualdad, con un aumento significativo en las cargas de trabajo, afectaciones emocionales, casos violencia familiar e inseguridad; así como el aumento de los precios de la canasta básica, la inversión en la educación de los menores y la disminución de los ingresos, señaló Maribel Santiago.

Las participantes solicitaron a las autoridades continuar con la generación de datos y estadísticas que permitan avanzar en políticas públicas;  a  la sociedad civil incidir en políticas laborales para poblaciones de afrodescendientes encaminadas hacia la no discriminación; a la academia tejer vínculos entre los diversos ámbitos académicos e incrementar la presencia de profesoras y profesores afrodescendientes en las plantillas universitarias, al sector privado generar empleo con posibilidades de crecimiento en entornos libres de discriminación.

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