La mayor injerencia de personal del ejército en las aduanas tiene el reto de no entorpecer el intercambio de mercancías y de reforzar la seguridad para frenar delitos como el contrabando.
La mayor injerencia de las fuerzas armadas en las aduanas mexicanas representa un riesgo para la facilitación del comercio exterior, sobre todo cuando la reactivación de la economía proviene principalmente de las exportaciones e importaciones.
“Estamos de acuerdo en que se requiere mayor seguridad en las aduanas y de ahí la participación del Ejército en aduanas terrestres y de la Marina en aduanas en puertos, a su vez necesitamos aduanas muy eficientes y competitivas, en este sentido el equilibrio es importante; no por ser más seguras se complique la facilitación, o que por facilitar, se descuide la seguridad”, explicó Fernando Ruíz, director general del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior (Comce).
El pasado 14 de julio se publicó el decreto para la creación de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM), cuyo objetivo será “organizar y dirigir los servicios aduanales y de inspección, para aplicar y asegurar el cumplimiento de las normas jurídicas que regulan la entrada y salida de mercancías”.
Esta nueva entidad, que sustituirá a la Administración General de Aduanas (AGA), dará prioridad a la contratación de personal que ha pertenecido a las fuerzas armadas para poder facilitar, vigilar y controlar la entrada y salida de mercancías y pasajeros del país, además del cobro de impuestos o aranceles, de acuerdo con el Servicio de Administración Tributaria (SAT).
Militarizar ciertas actividades económicas representa un riesgo en dos sentidos, refirió Benjamín Alemán, profesor de Dirección de Operaciones y Entorno Económico, en el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE): “primero porque distrae al ejército de su fin prioritario, que es la seguridad nacional y, en segundo, le resta espacios a la iniciativa privada. Estos espacios pudieran aprovecharse para estimular el crecimiento de la economía y de la productividad del país”.
La facilitación aduanera ha avanzado en los últimos años gracias al uso de rayos X y gama, la capacitación de personal, binomios (canino-humano) y la Ventanilla Única Digital, por lo que es necesario garantizar un equilibrio con la seguridad.
“Para ser buen exportador necesitamos importar, entonces tenemos que facilitar la importación de mercancías”, agregó el directivo del Comce que congrega a grandes empresas con operaciones de comercio exterior en México.
El director del Comce consideró que la creación de la ANAM ayudará a la facilitación comercial y homologación de procesos en aduanas con Estados Unidos, pues su objetivo se asemeja más a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EU (CBP, por sus siglas en inglés).
El CBP es una agencia del gobierno de EU, una de las organizaciones más grandes del mundo que se encarga de mantener a los terroristas y sus armas fuera del país, pero al mismo tiempo facilita los viajes y el comercio internacionales, refiere su página oficial.
Su misión es salvaguardar las fronteras y mejorar la prosperidad económica de la nación, agrega el CBP.
Diferencias
“El enfoque del CBP es más policial. Te olvidas de la parte promotora del comercio exterior, que es para lo que fueron creadas las aduanas en México.
Aduanas tiene poco que ver con seguridad, es para facilitar el comercio, las prácticas ilegales las debe controlar la Fiscalía General de la República y las diferentes policías”, comentó Manuel Díaz, presidente de Grupo Ei, una de las agencias aduaneras y logísticas más importantes del país.
El especialista consideró un error pensar que el contrabando de mercancías ilegales como armas, drogas, activantes para cocaína y algunas medicinas sin registros en Cofepris entran por las aduanas, donde hay autoridades del SAT, Ejército, del IMPI e incluso la iniciativa privada con los agentes aduanales que son corresponsables de las operaciones de sus clientes.
“La mercancía verdaderamente ilegal pasa por las mil brechas que hay en las fronteras; llegan en avionetas a aeropuertos privados; en yates a puertos turísticos, de recreación y pesca, y eso no es un secreto”, agregó Díaz.
