Desde el principio de la llamada «revolución cubana», un largo proceso involutivo de catastróficas consecuencias, era posible comprar puros habanos, café, azúcar y ron, entre otros productos, en casi todo el mundo, México incluido, con excepción de Estados Unidos. Si la economía cubana se colapsó fue en razón de la brutal imposición de una dictadura comunista que arrasó con la iniciativa privada, la que sostiene a cualquier país próspero, la fuente irrefutable de bienestar social con todas sus imperfecciones.
¿Cuál bloqueo si Cuba comercia con 90 países y exporta 1.2 billones de dólares al año? A China, 461 millones de dólares, a España, 127, a los Países Bajos, 65, a Alemania, 64, de la misma manera que importa 5.3 billones de dólares al año, incluido Estados Unidos, con casi 300 millones de víveres y medicamentos, además de Rusia y Canadá, de modo que el supuesto aislamiento se reduce a la perversa invención de un mero fantasma para justificar, en lo doméstico, la feroz y encarnizada tiranía de más de 6 décadas de duración que admiran los populistas que viven en palacios… ¿Cuál bloqueo? ¿Cuál? En México los 40 mil millones de dólares que recibimos por concepto de remesas, de los que depende la 4T -¿qué haría sin ellas?- llegan efectivamente a manos de los beneficiarios, en tanto los 3,500 millones que envían cada año los cubanos exiliados en EU, no los reciben los familiares, sino que se lo apropia un banco en Panamá, es decir, se los roba la dictadura, que los convierte en billetes sin valor alguno, inútiles para comprar leche o huevos en la isla, entre otras razones, porque es prácticamente imposible encontrarlos en los mercados. Los tiranos expropian dichos dólares con fines desconocidos…
Como sostiene Wendy Guerra, la ganadora del premio Bruguera, en una carta dirigida a AMLO: «Le propongo un reto: 15 días en Cuba viviendo como cualquier cubano, alimentándose con los víveres de la libreta de abastecimiento, haciendo colas interminables, sin agua o electricidad, sin oxígeno o medicamentos, sin transporte público ni dólares americanos, sin derecho a huelgas, ni a expresar sus ideas libremente, ni en la calle, ni en su trabajo, ni en sus redes sociales… Le prometo que dará ‘el grito’, pero ‘en cubano’ y pagará por ello con un juicio sumarísimo y varios años de cárcel».
Los Castro (Díaz-Canel es la marioneta de Raúl) fusilaron en nombre de una revolución suicida, asesinaron, persiguieron, desaparecieron opositores, mutilaron y torturaron, espiaron, crearon una policía secreta sin respetar los derechos humanos, cancelaron la libertad de expresión, la de cátedra, la de libre tránsito, la de empleo y de asociación. Raúl es el Poder Judicial, el Ejecutivo, el Legislativo, el censor oculto de la prensa, mientras acumula, en lo personal, fortunas en el extranjero.
Cuando AMLO se atreve a invitar a un primate como Díaz-Canel a encabezar el desfile militar con motivo de la independencia, insinúa el apoyo incondicional de nuestras Fuerzas Armadas para instalar una dictadura comunista en México y vuelve a agredir a las instituciones de la República y a nuestra democracia, objetivo que corona al proponerse reiniciar relaciones diplomáticas con Kim Jong-un, el dictador de Corea del Norte que aterroriza al mundo con su arsenal nuclear. ¿Y Maduro y Evo?
En lugar de intentar resolver la compleja problemática regional, AMLO enfrentó un escandaloso ridículo al convocar a una reunión de la CELAC para tratar de desaparecer a la OEA, ya que los principales países latinoamericanos no lo acompañaron como líder tercermundista en sus deseos de mandar al diablo también a las instituciones internacionales, ya que respaldarlo hubiera implicado un enfrentamiento con Washington a todas luces inconveniente de cara a sus economías y a la relaciones hemisféricas.
El único bloqueo en Cuba es el democrático, por lo que una dictadura no podría ser considerada patrimonio de la humanidad, sino en todo caso, una vergüenza mundial, el mejor ejemplo de lo que no se debe hacer por más que AMLO pretenda la cubanización de México…
@fmartinmoreno