• La seguirá subiendo porque los choques inflacionarios no han sido transitorios como se esperaba y hay un desbalance entre oferta y demanda.

Al cierre del año, la inflación general podría llegar hasta el 7 por ciento como resultado de mayores presiones internas y externas para el país, lo que afectará más el bolsillo de la población, de acuerdo con expertos.

“Puede ser 7.1, 7.2, 6.9 por ciento, lo relevante es que vamos a estar viendo una aceleración de la inflación anual en las siguientes quincenas”, dijo Adrián Muñiz, subdirector de Análisis Económico de Vector Casa de Bolsa.

En septiembre pasado, la inflación general cerró en 6 por ciento y estima que al cierre de este año se ubique en 6.2 por ciento.

Sin embargo, Muñiz sostuvo que será mayor porque si bien hay factores externos que afectan la inflación del país, también existen otros internos que pueden explicar la aceleración de estos precios, entre ellos, reapertura restringida del sector servicios y algunos aumentos en costos de mano de obra.

Estos hechos lo que provocan es que el nivel de precios subyacentes se mantenga expuesto a otros riesgos adicionales, por lo que hay una evidencia clara de que la inflación no cederá en el corto plazo, mencionó.

“Esto nos afecta el poder adquisitivo, lo que podíamos comprar el año pasado con cierto monto de dinero no nos alcanzará para la misma cantidad de cosas. Nos afecta vía una disminución de nuestro poder adquisitivo”, comentó Pamela Díaz, economista para del banco BNP Paribas.

Explicó que la inflación seguirá subiendo porque los choques inflacionarios no han sido transitorios como se esperaba y hay un desbalance entre oferta y demanda.

Por ejemplo, ni las fábricas ni los restaurantes operan a la capacidad que tenían previo a la pandemia, dijo.

“La oferta no logra recuperarse con la misma fuerza que se recupera la demanda y por eso se genera el desbalance”, detalló.

Adicionalmente, el incremento de algunos insumos como la gasolina provoca un traspaso de incremento de costos hacia componentes que afectan la inflación subyacente, considerada un mejor parámetro para medir la trayectoria de los precios, explicó.

“Es decir, no aumenta el gas LP solito, sino que hay un traspaso hacia componentes de la inflación subyacente, aumentó el precio de la tortilla, el precio de los restaurantes”, sostuvo.

Resaltó que la estimación de BNP Paribas es que la inflación general sea de 6.6 por ciento al cierre de este año y la subyacente se ubique en 5.6 por ciento.

Este mes, la estimación del Instituto Mexicano de Ejecutivos de (IMEF) es que la inflación cierre en 2021 en 6.3 por ciento desde una previsión del 6 por ciento que tenía en septiembre pasado.

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