El Instituto Mexicano de Ejecutivos de (IMEF) prevé que el nivel de actividad económica se recuperará a finales de 2022, con un crecimiento de 2.9 por ciento; sin embargo, la recuperación del Producto Interno Bruto () per cápita se dará hasta 2026.

Utilizando los pronósticos de crecimiento del PIB del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF, el nivel de actividad económica que se tenía en el pico más reciente, es decir, en el tercer trimestre de 2018, se alcanzará a finales del año que entra, sin embargo, estimamos que el momento en el que el PIB per cápita se recupere a su pico de 2018 ocurrirá hasta inicios de 2026″, dijo Angel García-Lascurain, presidente del IMEF.

Lo anterior asumiendo que el crecimiento del PIB sea constante y que para 2024 alcance una tasa de 2.3 por ciento.

Debilidad en la demanda interna
El presidente del IMEF explicó que la caída de la que se observa en el tercer trimestre de 2021, sumado con un consumo debilitado, una demanda interna débil y los bajos niveles de inversión, hacen que la economía tarde en recuperarse más de lo esperado.

Dijo que lo más grave es la caída en el PIB per cápita y el poder adquisitivo de la población, que muestra un empobrecimiento general, debido al bajo crecimiento económico y la crisis del año pasado.

Gabriel Casillas, presidente del Comité de Estudios Económicos del IMEF, recordó que el PIB per cápita es cuando el valor total de todos los bienes y servicios finales generados durante un año por la economía se divide entre todos los habitantes del país.

El pico de PIB per cápita antes del covid era de mil 200 dólares anuales y se cayó de manera estrepitosa; en el segundo trimestre del 2020 fue 6 mil 800 dólares», detalló.

De acuerdo con las estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) el PIB per cápita de reportará un crecimiento de 11 por ciento en el 2030, y para 2060 será de 1.5 por ciento.

Menor crecimiento y mayor inflación
El IMEF redujo su estimado de crecimiento para 2021, de un 6.1 por ciento previo a una nueva previsión de 5.8 por ciento.

Lo anterior debido a que hubo un deterioro de las condiciones epidemiológicas globales y locales durante julio y agosto, mejorando solo en septiembre; mientras que persistentes restricciones de oferta, limitando en particular la producción automotriz.

En tanto hay mayores presiones en precios, destacando el incremento en los precios de las materias primas en los mercados internacionales, probablemente afectando el poder de compra de los hogares.

Las manufacturas se han visto impactadas por continuos choques de oferta, incluyendo una extensión de problemas previos, como la escasez de semiconductores, los mayores tiempos de entrega por la escasez de materias primas y alzas en los costos de envíos por falta de energéticos y cierres de puertos en China. Esta situación suscitó algunos ajustes a la baja en los estimados de crecimiento de los analistas para este 2021″, dijo García-Lascurain.

Con respecto a la inflación, el instituto financiero prevé que continue con su tendencia al alza a pesar de la relativa estabilización de los precios de materias primas a escala internacional, debido a las presiones acumuladas y los cuellos de botella en las cadenas de suministro, lo cual seguirá repercutiendo en los precios a los consumidores.

No se pude descartar un ajuste adicional al alza por las ventas navideñas, con varias empresas expresando preocupación por la posibilidad de que no cuenten con el inventario suficiente para la temporada. Ante la relativa persistencia de estos factores, los riesgos para la inflación permanecen sesgados al alza». advirtió.

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