Conforme se recortan las expectativas económicas de los centros de la economía mundial, en los mercados emergentes se esperan crecimientos más lentos o recuperación aún más prolongadas.
México entra está entre estos países, no solo por ser parte del mundo globalizado, sino por tratarse de la economía más dependiente de Estados Unidos, el mayor mercado del mundo, y cuyas expectativas de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) han sido recortadas de manera importante para el 2022.
De un muy optimista pronóstico de 4.0% a finales del año pasado, las nuevas tensiones geopolíticas, una inflación imbatible y el agotamiento de los efectos de los megaestímulos fiscales adoptados por el gobierno estadounidenses, han hecho volver a tocar tierra a los analistas y la propia Reserva Federal (Fed), quienes ahora esperan un mucho más modesto crecimiento de 2.8%.
“Los datos preliminares en EU muestran que para el primer trimestre hubo un crecimiento cercano al 5%, por lo que la reducción de la Fed implica que para el segundo y tercer trimestre del año se espera una desaceleración significativa”, dijo en entrevista José Luis De la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
Si bien, la media de analistas estima un crecimiento de 2.8%, algunas estimaciones son mucho más pesimistas como las de Goldman Sachs, quienes estiman solo 1.75%, desde el 2.0% que mantenían anteriormente.