El aumento de los combustibles y en las mercancías alimentarías aceleraron la inflación general anualizada, la cual llegó a 7.45 por ciento, en marzo, la tasa más alta desde enero de 2001, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
Esta tasa, superior a la de 7.28 por ciento de febrero pasado y de 7.34 por ciento esperada por el mercado, respondió al incremento mensual de 7.48 por ciento en el precio del Gas doméstico LP y del aumento de 1.99 por ciento en el costo de la gasolina de bajo octanaje.
“Inflación de 7.45 por ciento, vaya que se nota”, expuso la directora general de Instituto Mexicano para la Competitividad, Valeria Moy.
Cabe destacar que la gasolina y el gas LP son dos productos que tienen mayor incidencia en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), indicador que en marzo tuvo una variación de 0.99 por ciento, respecto al mes anterior, la mayor desde 1998.
Otros productos que tuvieron importantes incrementos, en el mes, en sus precios y contribuyeron al aumento inflacionario fueron: el transporte aéreo, con 41.69 por ciento; el aguacate, con 13.84 por ciento; servicios turísticos en paquete, con 12.83 por ciento; cebolla, con 10.87 por ciento; jitomate, con 7.50 por ciento, y huevo con 6.09 por ciento.
De ahí que dentro del índice no subyacente, los precios de los productos agropecuarios crecieron 16.12 por ciento anual y 1.23 por ciento mensual y los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno aumentaron 4.73 por ciento anual y 2.24 por ciento a tasa mensual.
Iván Arias Gallegos, director en Estudios Económicos de Citibanamex, dijo que, si se toman alrededor de 300 productos y servicios que están incluidos en el INPC, 60 por ciento de ellos tiene tasas mayores a 6.0 por ciento, lo que ilustra bien la magnitud de las presiones inflacionarias.
El índice de precios de la canasta de consumo mínimo tuvo un incremento mensual de 1.10 por ciento y anual de 8.07 por ciento. Ambas cifras por encima de registros del año pasado.
