La agencia Fitch ratificó este martes la calificación crediticia de México en «BBB-» con perspectiva «estable», aunque advirtió de «un débil crecimiento» económico de 2 % para 2022, con lo que aún no se alcanza el nivel prepandemia.
«La calificación está constreñida por débil gobernanza, débil crecimiento a largo plazo, la continua intervención política que afecta los prospectos de inversión, y la potencial carga de Pemex (Petróleos Mexicanos)», indicó Fitch en su informe.
Al inicio de la pandemia y la crisis internacional de los precios del petróleo, en marzo y abril de 2020, las tres grandes calificadoras internacionales, Standard & Poor’s (S&P), Fitch y Moody’s, bajaron la calificación crediticia de México.
Pero desde entonces las han mantenido en el mismo nivel: Moody’s en Baa1, Fitch en BBB- y S&P en BBB, hasta ahora.
«La calificación de México está apoyada por un marco prudente de política macroeconómica, finanzas externas robustas y estables, y un porcentaje de deuda/PIB que se proyecta que permanezca estable», resaltó Fitch en su reporte.
La calificadora enfatizó el «débil» crecimiento de la economía mexicana, que creció 4,8 % en 2021, por debajo de la expectativa del Gobierno, que esperaba un repunte del 6 % tras el desplome histórico de 8,2 % de 2020.
Fitch pronosticó que el crecimiento se «ralentizará» a 2 % en 2022 y permanecerá en ese nivel en 2023.
Con ello, «el PIB (producto interno bruto) de México no alcanzará niveles prepandemia hasta 2023, por detrás de sus pares regionales», advirtió la agencia.
Aunque la agencia destacó el crecimiento anual de 1,6 % del PIB en el primer trimestre de 2022, también consideró que la inversión privada todavía está por debajo de su potencial por las «intervenciones políticas», en particular en el sector eléctrico.
Como riesgos, Fitch enunció las disrupciones en precios y en cadenas de valor por la invasión de Rusia en Ucrania, los confinamientos en China por la covid-19 y la inflación anual de cerca de 7,7 %, la tasa más alta en dos décadas.
Por otro lado, resaltó que la demanda de Estados Unidos aún apoyará la economía mexicana, aunque en menor medida que en 2021, y que los niveles de consumo en México han alcanzado sus niveles prepandemia.
«La perspectiva estable se apoya en finanzas públicas estables y en la prioridad que los funcionarios públicos dan a esto y a una estabilidad macroeconómicas más amplia, a pesar de los retos de un débil prospecto crecimiento económico», indicó el informe.