Mientras los casos de COVID-19 aumentan considerablemente en toda la región -un 27,2% en la última semana- la Directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa F. Etienne, pidió a los países que actúen para aumentar la vigilancia, las medidas de salud pública y la vacunación, y que se aseguren de que los sistemas de salud estén preparados para hacer frente a una posible afluencia de pacientes.
«La semana pasada, nuestra región notificó más de 918.000 casos», señaló hoy la Directora de la OPS en una rueda de prensa. «Las hospitalizaciones por COVID-19 aumentaron en 18 países, y los ingresos en las unidades de cuidados intensivos aumentaron en 13 países y territorios», agregó.
Tras un periodo de menor transmisión, la Directora de la OPS destacó que muchos países han abandonado medidas de salud pública como el uso de mascarillas y el distanciamiento social.
Sin embargo, con sólo 14 de los 51 países y territorios de las Américas que han alcanzado hasta ahora la meta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de vacunar al 70% de su población, demasiadas personas siguen sin protección.
En algunos países, la cobertura de vacunación es especialmente baja entre las personas con riesgo de padecer enfermedades graves, como los adultos mayores, las embarazadas y las personas con enfermedades preexistentes.
«Cada país está tan protegido como los más vulnerables de su población», consideró la doctora Etienne. «Es hora de tomar nota de estas cifras y actuar. La COVID-19 está de nuevo en aumento en las Américas», advirtió.
A pesar de haber construido en los últimos dos años «increíbles redes para hacer pruebas de COVID-19 y realizar vigilancia genómica», la Directora de la OPS dijo que las tasas de pruebas han disminuido continuamente desde enero.
«Debemos mantener los ojos puestos en el virus», sostuvo, y pidió a los países que mantengan y fortalezcan la infraestructura de pruebas y que se aseguren de que en los lugares en los que están disponibles las pruebas autoadministradas, los resultados se comuniquen a las autoridades de salud.
Los países también deben seguir invirtiendo para fortalecer la capacidad de las unidades de cuidados intensivos (UCI) y de los hospitales, de modo que los servicios puedan ampliarse rápidamente en caso de tener que hacer frente a un posible aumento de nuevas infecciones.
La Directora de la OPS instó también a los países a estar preparados para restablecer las medidas de salud pública en las zonas donde se produzcan picos de casos, y que garanticen la protección de los grupos más vulnerables, especialmente ahora que el suministro de vacunas no es un obstáculo. «Tenemos suficientes dosis para cubrir a las personas en mayor riesgo, y tenemos la obligación de hacerlo», subrayó.
En cuanto a la situación de la COVID-19 en la región, la doctora Etienne informó que en la última semana más de la mitad de las nuevas infecciones se notificaron en América del Norte, donde los casos han ido aumentando durante siete semanas, impulsados por un aumento en los Estados Unidos.
En Centroamérica, los casos se han incrementado en un 80% y también se han disparado en países de Sudamérica.
En el Caribe, las nuevas infecciones han aumentado durante cinco semanas consecutivas, con un incremento del 9,3% de los casos y un 49% de las muertes.
Mientras las máximas autoridades de salud del mundo se reúnen la próxima semana en la Asamblea Mundial de la Salud en Ginebra, Suiza, para determinar las prioridades mundiales en materia de salud pública, la Directora de la OPS dijo que las emergencias de salud seguirán siendo una prioridad en la agenda.
«Debemos tomar lo que hemos aprendido de las emergencias pasadas para configurar un futuro en el que nuestros sistemas de salud y nuestro liderazgo estén mejor preparados para afrontar el próximo desafío», indicó. «Cuanto mejor preparados estén nuestros sistemas de salud, menos vidas perderemos y más fuertes y resilientes serán nuestras sociedades», aseguró.