La pregunta sigue sin responderse.

El expresidente vive, confirmado por El País, en una nota de María Martín y Francesco Manetto, en una casa de exclusivo fraccionamiento en las afueras de Madrid, donde tiene como vecinos a Penélope Cruz y a Javier Bardem. La mansión está construida en un terreno de dos mil 500 metros cuadrados. Como suele suceder en estos conjuntos de gente rica y famosa, el lugar cuenta con seguridad privada.

El inmueble, sin embargo, no pertenece a Peña, sino a una constructora propiedad de un empresario del negocio de la informática que opera en .

Preguntas: ¿paga renta el expresidente por vivir en esta casa o por alguna razón se la prestan? Si es la primera opción, ¿cuánto paga? ¿Es compatible esta cantidad con los de mercado de ese fraccionamiento? Si es la segunda alternativa, ¿por qué lo dejan vivir ahí sin pagar renta? ¿A cambio de qué?

Qué bueno que salga a la luz pública una investigación que dé cuenta de dónde vive un expresidente cuyo sexenio estuvo marcado por el tema de la corrupción. Pero, insisto, nadie ha logrado responder la pregunta que, creo, es la más importante: ¿de dónde saca recursos Peña para vivir cómoda y lujosamente en España?

Gracias a la misma nota de El País, sabemos que el expresidente pudo avecindarse de manera legal en España gracias a una visa para personas adineradas. Si uno tiene cierta riqueza y la invierte en el país ibérico, el le otorga permiso para vivir y trabajar en aquella nación.

Para tal efecto, Peña “compró en 2020 un local comercial de 105 metros cuadrados con terraza interior en un edificio del próspero barrio madrileño de Chamberí, según consta en el registro de la propiedad. El cálculo del portal inmobiliario idealista.com le atribuye un valor superior a los 500 mil euros”.  Según los reporteros, dicho local lo convirtieron en un departamento de lujo que se mantiene vacío.

Perfecto. Nadie le hizo un favor a Peña en el gobierno español para expedirle una visa. Pero surge la duda: ¿y de dónde sacó, por lo menos, 500 mil euros para comprar el inmueble en Chamberí?

A estas alturas de la columna, ya veo a muchos lectores gritándole al periódico: “¡No sea usted ingenuo, señor columnista, pues de la corrupción!”.

No soy ingenuo. Como muchos de ustedes, sospecho que Peña sí le entró a algunos de los jugosos negocios que se hicieron durante su gobierno. Pero el hecho indubitable es que ningún periodista, y mucho menos una autoridad judicial, le ha encontrado nada.

O era muy bueno para esconder su nombre en esas corruptelas o alguien lo está protegiendo o ambas cosas. Como buen político de Atlacomulco, desde muy joven aprendió todas las mañas para robar sin dejar huella. Y, también como buen político mexiquense, negoció muy bien con el actual Presidente para que no le pisaran la cola. A mí, conforme pasa el tiempo y veo que Peña vive plácidamente en España, me convence más de la existencia de un pacto entre él y López Obrador durante la pasada campaña presidencial de 2018.

El hecho duro y puro es que ninguna autoridad mexicana ha investigado, mucho menos perseguido, al expresidente. ¿Casualidad? No lo creo.

Regreso entonces a la pregunta que nadie ha respondido: ¿de qué vive ?

A juzgar por su tren de vida, el expresidente tendría que desembolsar, a ojo de buen cubero, unos 50 mil euros por mes, es decir, por ahí de un millón de pesos mensuales. ¿De dónde saca ese flujo? Les recuerdo que los expresidentes ya no cuentan con su pensión vitalicia. ¿Tiene ahorros que le dejan ese tipo de rendimientos? Si es así, ¿de dónde sacó los ahorros?

Veamos dónde ha trabajado Peña: siempre en la o el gobierno. Primero, en el del Estado de México; luego, como secretario particular; posteriormente, en la campaña priista de Arturo Montiel, quien lo designaría como subsecretario en su gobierno.

Pasó por diversas dependencias mexiquenses, incluyendo el DIF, hasta que llegó a ser secretario de Administración del Estado de México. Fue diputado local, coordinador de la bancada del PRI, candidato a gobernador y gobernador del Edomex. De ahí saltó a la campaña presidencial y a la Presidencia de la República en 2012.

Difícil que alguien honesto, con esa carrera, acumule una riqueza que le permita vivir como rico en España desde muy joven (dejó la Presidencia a los 52 años de edad). Nótese que he escrito la palabra “honesto” en itálicas porque ahí está el punto toral. El día que alguien resuelva la duda de qué vive Peña, siguiéndole la pista al dinero, sabremos qué tan corrupto fue el expresidente. ¿Por qué nadie se ha animado a hacerlo?

Twitter:@leozuckermann

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