La Marina de capturó a Rafael Caro Quintero, exlíder y fundador del Cártel de Guadalajara, informaron fuentes federales de seguridad del país latinoamericano.
Este narcotraficante era el fugitivo más buscado por la Administración de Control de Drogas​ de los  (DEA), organismo que ofreció hasta 20 millones de dólares por información para localizarlo.
Entre otros delitos relacionados con el crimen organizado, Rafael Caro Quintero era buscado por el FBI por haber participado en el secuestro y el asesinato del agente especial de la DEA, Enrique Kiki Camarena Salazar, en 1985.
El exlíder del Cártel de Guadalajara y uno de los criminales más famosos de América Latina estuvo tras las rejas durante 28 años, pero fue liberado durante el sexenio del expresidente mexicano Enrique  (2012-2018) la madrugada del 8 de agosto de 2013. Salió caminando y libre de cargos del Penal de Puente Grande, en Jalisco, en el centro de México.
La detención en suelo mexicano del Narco de Narcos abre la puerta para su extradición a Estados Unidos, donde se le acusa de haber cometido «delitos violentos en ayuda del crimen organizado, complicidad y encubrimiento».
La justicia estadounidense también lo señala por los ilícitos de distribución y posesión de marihuana y cocaína, así como de asesinato y operación de una empresa criminal: el extinto y antiguamente temido Cártel de Guadalajara, en el que también participaron como fundadores y líderes Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca, alias Don Neto. En su ficha de búsqueda, la DEA considera a Caro Quintero como un sujeto «armado y peligroso».
La captura de este hombre de 69 años —al que le han dedicado corridos y hasta fue incluido como personaje principal en la serie Narcos, de Netflix— sucedió el 14 de julio en la ciudad de el estado de Chihuahua, al norte de la República Mexicana, de acuerdo con información de medios locales. Sin embargo, hay versiones que apuntan a que fue detenido en Mazatlán.
El Cártel de Guadalajara fue el grupo criminal más poderoso de México en la década de 1980. Sus contactos en Colombia Centroamérica le permitieron realizar trasiegos internacionales de droga. Uno de los sicarios y pistoleros de este cártel fue Joaquín Guzmán Loera, alias el Chapo, quien posteriormente se convirtió en un narcotraficante liderando su propio grupo: el Cártel de Sinaloa.
Actualmente, Joaquín el Chapo Guzmán se encuentra preso una cárcel de máxima seguridad de Colorado, donde cumple cadena perpetua.

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