El Fondo Monetario Internacional (FMI) mejoró el pronóstico de crecimiento para la economía mexicana para 2022, pero lo recortó para el 2023, debido a la debilidad que se prevé en Estados Unidos.
Al dar a conocer la actualización de sus Perspectivas de la Economía Mundial ajustó al alza el Producto Interno Bruto (PIB) de 2.0 a 2.4% para el 2022.
Lo anterior significó un aumento de 0.4 puntos porcentuales en comparación con el estimado que tenía en abril pasado.
Para 2023, bajó de 2.5 a 1.2%, como efecto del recorte que también hizo para la economía de Estados Unidos de 3.7% a 2.3% para este año y de 2.3 a 1.0 por ciento para 2023. Con estas proyecciones, México, junto con Rusia, serán los únicos países del G20 que no habrían recuperado su nivel de PIB prepandemia en 2023.
Estas nuevas proyecciones de crecimiento se dan en medio de los temores de una posible recesión mundial, esto a medida que la pandemia del covid-19 continúa, permanece la alta inflación, se endurece la política monetaria en varios países para enfrentar el aumento de los precios y persisten las tensiones en Europa del este.
La proyección de crecimiento mundial pasó de 3.6 a 3.2% para este año y de 3.6 a 2.9% para el siguiente.
El panorama se ha oscurecido significativamente desde abril. El mundo pronto puede estar tambaleándose al borde de una recesión global, sólo dos años después de la última”, dijo Pierre-Olivier Gourinchas, consejero económico y director del Departamento de Estudios del organismo internacional.
Al presentar el informe destacó que la cooperación multilateral será clave en muchas áreas, desde la transición climática y la preparación para una pandemia, hasta la seguridad alimentaria y el sobreendeudamiento.
«Fortalecer la cooperación sigue siendo la mejor manera de mejorar las perspectivas económicas”.
Perspectiva de inflación
La perspectiva de inflación es mayor a la esperada tres meses atrás, la cual ha llevado a una política monetaria más estricta a nivel mundial que “no tiene precedentes en la historia”, advirtió el organismo.
«La inflación en los niveles actuales representa un riesgo claro para la estabilidad macroeconómica actual y futura, y devolverla a los objetivos de los bancos centrales debería ser la principal prioridad para las autoridades”, dijo Gourinchas.
Apoyos directos
En ese sentido, recalcó que los apoyos directos pueden amortiguar la pérdida de poder adquisitivo entre la población más vulnerable, pero como los presupuestos gubernamentales ya están presionados y hay “la necesidad de una postura general de política macroeconómica desinflacionaria”, recomendó impuestos más altos o un gasto público más bajo.
«Las políticas internas para abordar los impactos de los altos precios de la energía y los alimentos deben centrarse en los más afectados sin distorsionar los precios. Los gobiernos deben abstenerse de acaparar alimentos y energía y, en su lugar, buscar eliminar las barreras al comercio”.