Los niveles récord que han alcanzado las remesas familiares captadas por México son fruto “del esfuerzo del trabajo de los migrantes” y de la estabilidad de su empleo en Estados Unidos, pero no así de las políticas públicas del gobierno mexicano, ni tampoco de actividades ilegales como el lavado de dinero como se ha especulado, advierte Jesús Cervantes González, director de Estadísticas Económicas del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (Cemla).
En entrevista, Cervantes González explica que el hecho de que las remesas familiares no hayan disminuido en el contexto de la pandemia del Covid-19, sino que incluso hayan aumentado a niveles récord –51,594 millones de dólares (mdd) en 2021— se explica porque el empleo de los migrantes mexicanos radicados en Estados Unidos ha logrado mantenerse a flote y también porque han calificado para recibir ayudas del gobierno norteamericano.
“En 2020, como consecuencia de la pandemia, el empleo de los migrantes mexicanos bajó de diciembre de 2019 a abril de 2020 en 1.4 millones de personas ocupadas; pero a partir de mayo de 2020, empezó a recuperarse el empleo y, hasta la fecha, los últimos datos de junio de 2022 muestran que evolucionó bien y de hecho ya se superaron los niveles de empleo prepandemia”, refiere el experto.
Asimismo, los “paisanos” que laboran en Estados Unidos se hicieron beneficiarios de los subsidios y otras ayudas que otorgó el gobierno de ese país, como parte de sus medidas económicas para enfrentar la crisis por el Covid-19.
“Es cierto que los mexicanos documentos e indocumentados recibieron recursos del gobierno federal y de los gobiernos estatales y eso facilitó que fluyeran las remesas”, agrega Cervantes González.
“Paisanos” ganan 5 veces más que en México
Para reforzar sus planteamientos sobre el volumen de recursos que son capaces de generar los trabajadores migrantes, el experto menciona que aproximadamente 7.5 millones de mexicanos forman parte de la fuerza laboral estadounidense, cifra equivalente a 35% o 37% del total de asalariados cotizantes registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Sin embargo, Jesús Cervantes hace ver que “el ingreso medio de los mexicanos en Estados Unidos es aproximadamente cinco veces la remuneración media del trabajador registrado en el IMSS”.
Así que la cantidad de trabajadores migrantes, sumado a los ingresos que perciben en Estados Unidos, que superan varias veces los sueldos pagados en México, son las principales razones por las cuales las remesas han alcanzado niveles récord.
De modo que las remesas no pueden considerarse como “un logro” de la política económica del gobierno mexicano, porque detrás de esos flujos de dinero está la migración de personas, en su mayoría pobres y de bajos niveles de educación, que ingresa a Estados Unidos sin documentos.
Si hay lavado de dinero, es muy bajo
“El fenómeno de la migración no tiene que ver con las políticas públicas del gobierno mexicano. Si las políticas públicas fueran exitosas, de todas formas habría un incentivo a migrar por el diferencial de sueldos”, considera el experto.
Sobre la afluencia de las transferencias de dólares a las familias mexicanas también han circulado versiones en el sentido de que pueden ocultar operaciones ilícitas como el lavado de dinero, derivado del crimen organizado.
Jesús Cervantes ataja estos comentarios y advierte que, “en todas las actividades económicas siempre hay algo irregular” y, “en las remesas, también”; sin embargo, el posible lavado de dinero “es insignificante en comparación con el volumen total de los ingresos que se perciben y que se generan por el esfuerzo de los migrantes”.
El experto advierte que “la frontera mexicana está abierta”, por lo que “no hay necesidad de hacer actividades ilegales con las remesas”. Por mencionar un ejemplo de cómo se puede lavar dinero de la criminalidad, Jesús Cervantes menciona que una “forma sencilla” consiste en “sobrefacturar exportaciones”, de modo que en esas transacciones pueden involucrar recursos ilegales.
“Los comentarios que han hecho para inmiscuir las actividades ilegales no tienen fundamento”, concluye el experto.