El 20 de julio, comenzó un proceso de consultas sobre controversias que tiene con por incumplimiento de las reglas del nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte, mejor conocido como T-MEC. El tercer socio del acuerdo, Canadá, se unió a Estados Unidos en esta disputa.La solicitud contempla cuatro medidas que, según nuestros socios comerciales, son incongruentes y, por tanto, violan el T-MEC.

La primera son los cambios en el criterio de despacho de electricidad en la ley mexicana para darle prioridad a la Comisión Federal de Electricidad () sobre sus competidores.

La segunda tiene que ver con demoras, rechazos e inacción de solicitudes de nuevos permisos, o su modificación, con el fin de que privadas operen en el sector energético mexicano, lo cual incluye el bloqueo de centrales de renovables, la importación y exportación de electricidad y combustibles, el almacenamiento y transporte de combustibles y la construcción y operación de gasolinerías.

Tercero, la extensión que otorgó la Comisión Reguladora de Energía mexicana de posponerle sólo a Pemex, empresa del Estado, el requisito de cumplir con un máximo contenido de azufre en el diesel, dejando afuera a las demás empresas privadas.

Finalmente, el cuarto punto está relacionado con la decisión de las autoridades mexicanas de darle prioridad a los ductos de la CFE en el transporte de gas natural sobre los privados, desconociendo, así, contratos vigentes.

El de nuestro país tendrá que responder esta consulta en un plazo de 30 días a partir del 20 de julio. Si la contestación no satisface a los socios comerciales, podrán solicitar la creación de un panel de expertos que determinará si México está violando o no el T-MEC con estas medidas energéticas.

Parte central del tratado es precisamente el procedimiento en caso de diferencias entre los países por medio de paneles de resolución de controversias. Actualmente, se está llevando a cabo uno solicitado por México y Canadá en contra de Estados Unidos por las reglas de origen en el sector automotriz.

No deberíamos, en este sentido, asustarnos por este tipo de mecanismos de resolución de disputas. Lo que, en todo caso, debería preocuparnos es que este asunto escale y ponga en peligro la permanencia de México en el T-MEC.

Veo que algunos colegas están pensando que López Obrador podría radicalizarse y acabar sacando al país del T-MEC. Yo, francamente, no lo veo.

Es cierto que , con el buen olfato político que tiene, está aprovechando esta disputa con Estados Unidos con fines político-electorales. El posible panel de disputa con Estados Unidos representa una extraordinaria oportunidad para envolverse en la bandera nacional, lo cual siempre gusta a la mayoría de la opinión pública mexicana. He aquí un Presidente que habla de no venderse a los gringos sino de defender la soberanía. Por eso, AMLO ha escogido responder a la disputa comercial durante el desfile militar para celebrar las fiestas patrias el próximo 16 de septiembre.

Previsiblemente escucharemos un encendido discurso nacionalista donde aparecerá la llamada Cuarta Transformación diferenciándose del pasado al defender a la patria de los aviesos intereses de empresas privadas extranjeras. El típico cuento maniqueo de buenos contra malos que tan bien vende AMLO al electorado.

Pero esto es meramente político. La realidad jurídica es que Canadá y Estados Unidos muy probablemente van a ganar esta disputa comercial, según he leído de los expertos en ambos lados de la frontera. Y es que las medidas para dizque fortalecer a la CFE y a Pemex por parte del gobierno lopezobradorista que, por cierto, no tienen nada que ver con nuestra soberanía nacional, sí discriminan a las empresas privadas de nuestros socios comerciales y, por tanto, violan el T-MEC.

Pero estos asuntos técnicos son muy difíciles de explicar a la gente. Mi hipótesis es que AMLO le dará mucho vuelo al discurso nacionalista y, en cuanto llegue la resolución del panel, el gobierno mexicano declarará una victoria, aunque haya perdido. Otra mentirilla más. Agotado el asunto, el Presidente cambiará de tema y encontrará otro que le rinda buenos frutos en su popularidad e intenciones de a favor de Morena. Es un experto en esta materia.

En suma, no creo que AMLO vaya a poner en peligro la permanencia de México en el T-MEC. Lo mismo piensan los mercados, que están muy tranquilos. Si creyeran lo contrario, el peso mexicano ya habría perdido mucho valor, cosa que no ha ocurrido.

Twitter: @leozuckermann

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