Empecemos con la ética del piloto. Así como los doctores tienen su juramento Hipocrático, los pilotos tenemos un código de ética que respetamos, y estos son, proporcionar: 1.-Seguridad, 2.-Economista, 3.-Itinerario, 4.-Confort.
Cuando se presenta una falla en vuelo y, de acuerdo a su gravedad, es que podemos dar un aviso a los pasajeros. Y se preguntarán, ¿por qué la demora en algunos casos?
La respuesta es la siguiente. Tomemos como ejemplo un caso de falla de motor en un ascenso, después del despegue y en ruta Guadalajara a Los Ángeles. Los pilotos siguen una técnica inicial que es: volar, navegar, comunicar.
El primer punto es esencial, controlar la aeronave que tiende a virar por estar descompensada; una vez corregido, navegar, tiene que tomar la decisión de ir a un punto para resolver el problema sin alejarse mucho (recuerden que el avión viaja a 7 millas náuticas por minuto); comunicarse con el centro de control y especificar el problema en el que se encuentran. Y ahí, en ese momento, continúan sus procedimientos, el tiempo de respuesta al evento debe ser corto y preciso.
Sin embargo, son varios los problemas que se deben resolver posteriormente, derivados de la misma falla. Por ejemplo, la decisión de regresar o escoger un aeropuerto adecuado a lo antes mencionado. Todos estos procedimientos son prioritarios y sumados a los tiempos de ejecución, junto con las listas de check, nos arroja un tiempo indefinido antes de poder dar un anuncio a los pasajeros.
Es por ello que, cuando ocurre un problema, debemos tener conciencia que al principio del evento, la paciencia y confianza hacia los pilotos y sobrecargos es primordial. Pueden estar seguros de que están en manos de profesionales, y se les informará tan pronto como la situación haya sido debidamente atendida. Así que, la próxima vez que vuelen, denle tiempo a la tripulación, como se la darían a un cirujano en una operación delicada.