El comercio entre  y se duplicó entre 2004 y 2021, cuando pasó de siete mil 400 millones de dólares a 16mil 500 millones, mientras el número de empresas del país nipón en territorio nacional pasó de 399 en 2009 a más de mil 300 en 2022, según datos del Ministerio de Asuntos Exteriores de la nación asiática.

Esa es una relación que ha crecido y puede desarrollarse más, consideran diplomáticos y analistas japoneses.

«Somos socios globales estratégicos que compartimos valores fundamentales y hemos trabajado mucho en cooperación en los asuntos globales», comentó Chitauru Shimizu, director de la División de América Central y el Caribe del Ministerio de Asuntos Exteriores japonés.

Es un punto en el que coinciden Miguel Ruiz Cabañas y Carlos Almada, exembajadores mexicanos en Tokio.

La buena relación se refleja en la economía, recordó Yorizumi Watanabe, director del Departamento de Comunicaciones Internacionales de la Universidad Kansai para Estudios Internacionales y en su momento, uno de los principales negociadores japoneses del acuerdo de libre comercio bilateral.

La situación geográfica de México no cambió y su proximidad a EU, su conveniencia para las cadenas productivas, son un atractivo poderoso para los inversionistas japoneses.

«Las empresas y las empresas japonesas quieren expandir producción. En EU ya es difícil reclutar mano de obra suficiente para establecer otra línea de producción u otra planta. Algunos empresarios ya están trasladando la producción en México», señaló Takao Nakahata, director general de JETRO (Japan External Trade Organization) en México.

México es un punto atractivo de inversión por esa proximidad, y de acuerdo con Nakahata, puede esperarse un repunte en la inversión de su país.

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