El miedo es un instrumento de control y poder desde tiempos inmemoriales. Las civilizaciones crearon a sus dioses bajo el principio de que eran todo poderosos y había que temerles.

Cuando las sociedades descubrieron que podían quitarle el poder a los dioses, no lo hicieron del todo se lo guardaron para amedrentar a los “descarriados”, y le entregaron al Estado, en cualquiera de sus formas, la capacidad de infligir castigos e imponerle temor a todos. Hasta los cuentos infantiles ayudaron a educar temiendo, por ejemplo con gritos de ahí viene el lobo.

La llegó con miedo. La revolución francesa, gran icono histórico de la democracia, nos entregó principios bellos como libertad, igualdad y fraternidad y la guillotina, desde el poder se adquirió la capacidad de determinar que cabezas cortar con lo que generalizaban el miedo.

Llegó la gran democracia estadounidense que ha refinado el dominio del miedo, se han abrogado la atribución impune de detener y matar a sus enemigos, los puede encarcelar en prisiones secretas, y generaliza el miedo de que nadie esta seguro en ningún rincón del planeta contra un misil lanzado desde un dron operado por un joven en la tranquilidad de una oficina confortable cerca de su casa.

En se tocan bien las rancheras. Las autoridades policiacas hacen honor a su fama como extorsionadoras y torturadoras. Una persona fue detenida acusada de traficar con la mariguana que los policías le acaban de plantar en su automóvil, la libró con 20,000 pesos. Sergio Umansky denuncia en su cortometraje Aquí iba el himno, el secuestro por la policía de unos que habían comprado mariguana para uso personal, trás un largo día de tortura psicológica y amenazas de muerte, por medio de un fuerte pago fueron liberados con un abrazo y consejos para evitar la extorsión.

En México el abuso policíaco es democrático, cualquiera puede ser víctima y pagar su liberación según el criterio de “según el sapo es la pedrada”.

El affaire internacional del globo aerostático chino me llevó a recordar todas las linduras del abuso del poder político.

Supongamos que los chinos en efecto envían globos aerostáticos para hacer investigación atmosférica, esa información tiene un gran valor en plena época de . Habría que ver si los chinos comparten ese tesoro de datos que están acumulando. Pero aunque se queden con los datos como hicieron con los del COVID 19, su investigación climatológica, en principio, no implica ningún peligro para nadie.

atiza el miedo de sus ciudadanos y del mundo entero, de que un globo espía avanza por el cielo estadounidense y adquirió gran información estratégica de varias bases militares. Hay que tirar el globo, grita el pequeño pastor, es un peligro, pero lo es aún tirándolo, porque el material puede caer sobre tierra causando daños inmensos. No importa que nunca se defina esa inmensidad. A juzgar por imágenes de la nave que recoge los restos del mar, a la mejor hubiera abollado algún auto.

Si el globo era espía, seguramente que la información recogida ya estaba a buen resguardo en algún lugar de cuando lo tiraron, igual que la información climatológica, ¿entonces para qué tirarlo? Para decirle a la sociedad que la han protegido de un peligro inmenso, el Estado que aterroriza también libera a la sociedad del peligro.

Pero el pastor grita de nuevo, ahí está el globo, porque avistaron otro globo chino en Chile, posiblemente se llevó información estratégica sobre el conflicto Mapuche. Luego avistaron otro objeto volador sobre Canadá, y lo tiraron sin miramientos y sin preocuparse por el daño que podría causar en tierra, pero recurrieron a la fuerza aérea estadounidense, a la mejor Canadá se quedó sin aviones porque está pensando regalárselos a Ucrania para que luche contra la invasión rusa, vaya usted a saber.

Están ocurriendo muchos avistamientos, en el siglo XXI los OVNIS fueron desplazados por instrumentos chinos que surcan los cielos del mundo a merced de los vientos, que a veces los llevan caprichosamente, aunque yo pensaría que a éstas alturas, es poco probable que desconozcan las rutas de los vientos y como pueden llevarse un globo.

El globo del miedo ha agravado la guerrita de Estados Unidos con China, ya no es solamente la amenaza económica; los gobernantes estadounidenses viven en el pánico ante la posible decisión china de enviar al mercado internacional sus reservas internacionales que lleguan a $3.12 trillones de dólares (12 ceros gringos) de los cuales más de la mitad son dólares, eso arruinaría las mundiales incluída a China, pero ese es otro grito del pastor.

El miedo es inherente y funcional para la política, amedrenta y paraliza y el que espanta piensa que lleva ventaja aunque a veces se espanta a sí mismo.

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