Entre las amenazas que enfrentan actualmente las naciones de América Latina están la llegada de la extrema derecha al poder y el uso de las leyes en detrimento de la , lo que lleva poco a poco a gobiernos autocráticos, así como al estancamiento de los organismos internacionales, coincidieron especialistas reunidas por el Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC) de la UNAM.

En la actualidad, luego del giro a una política de izquierda que han seguido varias naciones de , se ha visto que estos nuevos gobiernos no siempre respetan las reglas del juego y naciones como Perú, Brasil, Venezuela y Nicaragua hoy enfrentan graves problemas, mientras las instituciones regionales, como la OEA o el Mercosur, no han respondido a esas crisis, comentó José Briceño Ruiz, investigador del CIALC.

Durante el encuentro Crisis democráticas en América Latina y el papel de las instituciones regionales, Brigitte Weiffen, de la Universidad Aberta Milton Keynes, y Andrea Ribeiro Hoffmann, de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (PUC/Rio), explicaron que uno de los mayores problemas es identificar quién desafía la democracia, pues cuando la amenaza viene del exterior (extranjeros u organizaciones civiles) es fácil identificarlas.

Sin embargo, cuando el problema viene del interior es posible ver como en los países se enfrenta la represión estatal, el fraude electoral, violaciones a los derechos humanos, los conflictos entre los (Legislativo, Ejecutivo o Judicial) hasta llegar a cambios en la , como ocurrió en el caso de Venezuela, donde es muy difícil acotar el momento en que esa nación pasó de una democracia a una autocracia.

Weiffen recordó que organismos como la Organización de Estados Americanos () pide a sus afiliados una adherencia formal a las normas democráticas, pero si los miembros violan las reglas después de integrarse la organización ésta debería hacer algo para impedir o frenar el proceso de autocratización.

 

“Se puede ver que prácticamente en todas las regiones del mundo se produce un retroceso democrático, que comenzó en la segunda mitad de la década de 2010, e incluye también a América Latina, lo que pone un escenario bastante complejo si se piensa en la democracia y cómo defenderla”, expresó Weiffen.

Conforme ha pasado el tiempo, añadió la experta en Relaciones Internacionales, se han generado debates sobre las diferentes formas de democracia, donde cada actor político afirma defenderla contra un presidente o legisladores que querían cambiar la constitución, y para organismos internacionales como la OEA es cada vez más difícil juzgar quién realmente viola las normas y quién defiende la democracia.

“Hay cada vez más incertidumbre en eso. Si existe una violación de normas es realmente peligroso para la democracia como un todo en el sistema político. Por ejemplo, la introducción de nuevos mecanismos de democracia participativa se ha cuestionado mucho, pues no se sabe si es una innovación o una amenaza”, ejemplificó.

A su vez, Ribeiro Hoffmann, experta del PUC/Río, explicó que una amenaza más a la democracia viene de la mano de la extrema derecha en el mundo, corriente política a la cual se le suele relacionar con un neopatriotismo, o el neofascismo.

Detalló que faltan mecanismos conceptuales para aclarar a qué se refiere este concepto en AL, pues hay una gran diferencia entre lo que pasó con Jair Bolsonaro y con las derechas normales y tradicionales, pues al inicio se pensaba que su objetivo era seguir las reglas democráticas, pero no fue así.

“El desafío que tenemos ahora, es incentivar a las organizaciones para tomar en serio la amenaza de la extrema derecha en AL porque el fin de Bolsonaro no fue el fin de esta amenaza, para que no haya semejantes en los otros países. Porque es muy difícil lidiar con esto una vez que han llegado”, señaló la investigadora.

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