“El final se acerca ya, lo esperaré serenamente. Ya ves, yo he sido así, te lo diré sinceramente. Viví la intensidad, sin conocer jamás fronteras. Jugué sin descansar y a mi manera…”. Así inicia la traducción de “My way”, canción adaptada por Paul Anka e interpretada magistralmente por Frank Sinatra en 1969. Aunque muchos aseguran que esa es la versión inicial de la que, en español, es conocida como “A mi manera”, según diversas fuentes consultadas, la pieza original data de dos años antes y fue escrita en francés bajo el título “Comme D’habitude” (“Como de costumbre”).
Pero el amable lector se preguntará el motivo por el cual, el autor de estas líneas se refiere a tan famosa obra musical; y es que, a más de cincuenta años de su lanzamiento, pareciera que ha sido escrita para lo que se avecina en México: el final del gobierno lopezobradorista.
Al convertirse al español, la letra continúa: “Viajé y disfruté, no sé si más que otro cualquiera. Si bien, todo esto fue a mi manera…”. Ni que decir de los 13 años que el expresidente legítimo de México pasó viajando por todo el territorio nacional, el continente europeo y Estados Unidos, todo financiado por Honestidad Valiente, A. C., y las “cuantiosas” regalías de los libros de la autoría de Andrés Manuel, según él mismo declara. Allende de que, ya estando en el poder, recorrió nuevamente el país, negándose a abordar el Avión Presidencial “José María Morelos”, haciendo un circo para que, luego de casi seis años de gestión, la nave continúe formando parte de los activos del Gobierno Federal.
Nos salió más caro el caldo que las albóndigas, pues además de pagar el avión y el tiempo que se mantuvo estacionado en California, se han venido pagando los vuelos del mandatario y todo su séquito, cada vez que se le ocurre salir de la capital de nuestra república. Ello, sin omitir los viajecitos que, sin fundamento legal alguno, ni causa debidamente justificada, la esposa del todavía presidente mexicano ha hecho por la geografía mexicana, la Unión Americana, Europa, Centro y Sudamérica, todo con cargo al erario.
Pero la canción sigue: “…Quizá también dudé, cuando yo más me divertía; quizá yo desprecié aquello que no comprendía…Hoy sé que firme fui y que afronté ser como era, y así logré vivir, pero a mi manera…”. La realidad cotidiana a la que nos somete López Obrador se explica por sí misma y todavía podríamos rematar, porque mientras siga siendo el residente de Palacio Nacional podrá advertir: “Puedo seguir hasta el final, a mi manera”.
El jefe del Ejecutivo federal se ha mantenido, se mantiene y mantendrá “terco”, como él mismo se describe, ante un desgobierno que nos cobrará la factura hasta 2025, porque sí algo es seguro, es que la camarilla que despacha desde el ex Palacio Virreinal mantendrá sus “otros datos” y verdades maquilladas para salvaguardar lo que se sienten muy seguros de conservar: el poder.
Y, si bien es cierto que es altamente probable que el partido oficial se mantenga un sexenio más frente al Gobierno de México, existe la posibilidad de que se corrija el rumbo con una visión distinta al populismo, la demagogia y el paternalismo rampante que hoy padecemos, aunque sea bajo el mismo color partidista.
Lo cierto es que el final se acerca y con él, vendrá el juicio de la historia, el juicio de los mexicanos. Andrés Manuel lo sabe y le teme; por eso es por lo que, en su enorme desesperación, se empeña en ser la mano que mecerá la cuna en las próximas elecciones.
Post scriptum: “Que por amarte como un cristo me quedé con los brazos abiertos. Al final…”, Roberto Cantoral.
* El autor es escritor, catedrático, doctor en Derecho Electoral y asociado del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP).