Para que brincan si el piso está tan parejo. Es una llamada de atención para los que hacen un ruido innecesario. Pero mientras que hay pisos parejos como los de los edificios, hay otros que por naturaleza no están ni pueden estarlo, como la política.
La política es un juego muy complicado dónde conviven actores y fuerzas con capacidades y recursos diferenciados, en pocas palabras no todos pesan lo mismo.
El piso de los partidos políticos muestra a MORENA controlando 22 estados de la república mientras toda la oposición junta lo hace con 10. El poder de los partidos es relativo, porque las fuentes de apoyo de cada uno puede ser significativamente diferentes. El Verde y el del Trabajo sobreviven porque la coalición les ayuda a tener votos, aunque el Verde cuenta con apoyos en Chiapas, el PT en zonas del norte; el PAN alcanzó apenas el 11% de votos en zonas del EDOMEX que controlaba, el Partido de los Chuchos como le dice Carlos Ramírez a los restos del PRD hoy controlado por una pandilla corrupta, su piso consiste en tratar de rescatar un 3% de los votos para no perder el registro y seguir medrando con fondos públicos.
Dentro de Morena los pisos no pueden ser parejos por la trayectoria de los pre candidatos. Monreal tiene una larga carrera donde brincó entre partidos políticos, aparentemente tenía algo que ofrecerles, en 2018 negoció la posición en el senado después de perder el gobierno de la CDMX; Marcelo creció bajo Salinas/Camacho y se ha mantenido aliado a AMLO; Claudia ha estado pegada a AMLO por décadas y junto con el ha recorrido el país, no es gratuito que algunos gobernadores se hayan apresurado a apoyarla; Adán Augusto creció en su tierra natal de la mano de AMLO; Noroña se ha ganado a pulso la notoriedad pero no rebasa la condición bonsái del Partido del Trabajo; Velasco, tiene apoyo local donde desgobernó.
Los pre candidatos de la oposición nunca han podido ganar una elección (Creel, Téllez, Ruiz), hay algunos histriónicos que hacen del escándalo su actividad primaria (Gálvez), conocer las bases de su piso ayudaría a ver en que se sustenta su posición política.
Algunos de los pre candidatos saben que su futuro está en poder negociar con quién gane la encuesta, este ejercicio les aumenta la visibilidad y les da oxígeno para no sucumbir frente a su mediocridad.
Para el sistema, el proceso seguido por MORENA puede mostrarse como un gran ejercicio democrático, con un juego abierto que se contrapone a las prácticas autoritarias del pasado, especialmente al dedazo que caracterizaba a las sucesiones priistas.
En la base de los pisos parejos se encuentra la forma como se construye el capital político, cuestión cuya respuesta es compleja porque no todos surgen y crecen en la política de la misma manera.
Muchos líderes de principios del siglo XX surgieron de la revolución, posteriormente otros surgieron de las universidades, algunos surgieron de los liderazgos sociales y muchos hicieron sus carreras localmente, algunos brincaron a la política nacional.
El capital político se compone entre otras cosas de recursos como el dinero, la disposición de tiempo, los conocidos y las relaciones sociales, la participación social e institucional a lo largo del tiempo. La influencia se compone del uso adecuado de esos recursos, que por supuesto tienen ampliaciones externas, por ejemplo, contar con mecenas que inviertan en una político para proyectarlos al poder y entonces recibir retribuciones, como decisiones favorables. La disponibilidad de apoyos, recursos ajenos a la política ayuda a desemparejar el piso.
La política es también la capacidad y habilidad para manejar recursos, circunstancias, lo que hace que sea ridículo plantear un piso parejo, pero más ridículo es tratar de regular para emparejar un piso que por naturaleza no es ni puede serlo.
Ese discurso es parte de la legislación simbólica mexicana. Donde se trata de legislar y tomar decisiones que se sabe de antemano que no se puede cumplir y que se convierte en potencial fuente contenciosa y de conflicto. Esto abre la puerta para que los perdedores peleen por lo que no pudieron ganar abriendo la puerta para poder negociar.
La legislación simbólica abre la puerta a negociaciones obscuras que contaminan el sistema político y corrompen la naturaleza de procesos que deben ser transparente