· El campo mexicano expuesto a vaivenes de políticas comerciales de países desarrollados

· La falta de precisión en la firma del T-MEC, provoca confusión en el intercambio comercial. Los precios de granos son fijados en la Bolsa de Chicago

· Todo esto se deriva por la falta de políticas de apoyo y programas. “Nos pusieron a competir con los monstruos del norte”

· Todo lo tienen: agua, tecnologías e insumos, afirma dirigente de agricultores

Ante la negativa del presidente Andrés Manuel López Obrador, de reconocer el trabajo y esfuerzo de los productores de granos básicos, particularmente de , trigo y sorgo de las regiones noroeste y noreste, actualmente en proceso de cosecha, los productores mexicanos exigen “trato igual” al que reciben los agricultores de y Canadá, en el marco del Tratado de Libre Comercio (ahora T-MEC).

De acuerdo con declaraciones del presidente de la Asociación de Organismos de Agricultores del Sur de Sonora, Álvaro Bours, en los próximos días sostendrán reuniones con productores y representantes de los estados de Sinaloa, Sonora, Valle de Mexicali y de Tamaulipas, para analizar estrategias y acciones con el federal “porque no podemos cruzarnos de brazos”. Urge tomar decisiones ante la necesidad de comercializar las cosechas, algunas en bodegas, como en el sur de Sonora (trigo), y otras a campo abierto en Sinaloa (maíz) y Valle de Mexicali (trigo), así como el sorgo en Tamaulipas.

Expresó el dirigente que, “con la firma del Tratado de Libre Comercio, se incluyeron en la mesa de trabajo los granos básicos, como trigo, maíz y sorgo. “Al incluirlos en el tratado en 1994, dijo, “nos pusieron a competir con los ‘monstruos del norte’, como son Canadá y Estados Unidos, donde casi todo lo tienen: agua, tierras de calidad, tecnologías e insumos modernos”.

Obviamente, no podemos competir con ellos en costos de producción y, de igual manera, con una serie de subsidios que los gobiernos de EU y Canadá otorgan a sus productores. “El mismo presidente de lo ha dicho muchas veces y lo reconoce: que los agricultores norteamericanos son ampliamente subsidiados”.

“Al firmar el TLCAN, se crearon esquemas, programas, para equipararlos en caso de que pasara lo que está pasando en este momento, como es la caída de los precios internacionales de esos granos básicos”, puntualizó.

Nuestros granos son cotizados en la Bolsa de Chicago, y a eso se atienen muchos que desconocen los mecanismos de variabilidad. Actualmente cayeron en un 30 por ciento, por razones de vaivenes de sus propias economías, mientras que nuestros costos aumentaron el mismo nivel de 30 por ciento; aquí no hay ninguna compensación. “Simple y sencillamente no tenemos recursos para cubrir el aumento de los costos de producción”, argumentan funcionarios del gobierno mexicano.

La consecuencia de estos desequilibrios en los precios internacionales, va a repercutir en carteras vencidas. Los productores mexicanos no podremos cumplir nuestros compromisos financieros, sobre todo al desaparecer la banca oficial, la Financiera para el Desarrollo Rural, que daba certidumbre a la mexicana, señaló el dirigente Bours.

Así las cosas, la opción es trabajar con una banca nueva privada. “Vamos a empezar a trabajar en desventaja con estas instituciones, donde no vamos a cumplir con el pago de los financiamientos”, expresó.

En el corto plazo, es decir, para el siguiente ciclo agrícola, simple y sencillamente todos los productores agrícolas del país, nos convertiremos en “sujetos de alto riesgo para cualquier institución bancaria y simplemente no habrá crédito para el sector agrícola”, afirmó Álvaro Bours.

Lo que pedimos al gobierno mexicano, es: “que se cumpla la Ley. Lo establece el Artículo 133 de la Ley de Desarrollo Rural Sustentable. En caso de una contingencia de mercados Internacionales, ellos (el Gobierno de México) deben equiparar y darnos una rentabilidad o un precio de garantía que compense situaciones deficitarias”, que era el mecanismo que regía, y todavía existe, sólo que ahora los programas están vigentes para los pequeños productores.

“Esto indudablemente que es bueno, que se apoye a los pequeños productores de granos básicos, pero es necesario tener presente que, “para darle de comer a la población de un país, se necesita de los medianos y grandes productores en el marco de una agricultura comercial”. Precisó que la población requiere cantidades crecientes de carne de res, de cerdo y pollo, leche y huevo. “Los granos para alimentación animal, son de vital importancia”. Eso lo tienen que comprender.

Los números allí están: “llevamos cada año, desde que entró este gobierno, niveles de importación de granos cada vez crecientes”. Son 16 millones de toneladas de maíz amarillo para alimentación animal al año, pero, el señor presidente, está empeñado en que México sea autosuficiente en materia alimentaria. “Esta promesa no se ha cumplido, porque el gobierno ha abandonado los programas y esquemas de aumento a la productividad”.

Dio como ejemplo que, en administraciones recientemente pasadas, había programas como el de “agricultura por contrato”, que, de verdad, era lo que funcionaba. Se daba certidumbre a los productores, a los compradores y hasta al mismo gobierno, con unas coberturas que se tomaban para minimizar el riesgo a toda la cadena, al mismo pequeño productor, a los medianos y grandes agricultores en la caída de precios.

Este esquema se abandonó y la consecuencia es lo que ahora pasa con el alza en precios internacionales. En tiempos pasados se contaba con el organismo ASERCA (Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria), contaba con un fondo de 8 mil millones de pesos. Era el anual, y se daba certidumbre a 22 millones de toneladas en todo el país, de maíz, trigo y sorgo.

A diferencia de lo que sucede ahora con el proceso de comercialización de granos, la empresa SEGALMEX anunció en Sinaloa, que va a costar 13 mil millones de pesos, lo que no resolverá el problema del maíz en Sinaloa y, mucho menos, el tema de los demás granos en todo el país.

Sobre si las protestas de productores de maíz en Sinaloa, son alentadas por “adversarios de la ”, o de partidos políticos que los alienten, Bours expresó que nada tienen que ver con partidos políticos ni alguna otra organización. Afirmó categórico que, en todas las manifestaciones de protesta, no hay ninguna afiliación con ningún partido”.

Añadió que “todos los que estamos en las protestas públicas, no pertenecemos a ningún partido político”. Más bien, finalizó, la política del Presidente López Obrador es “dejarnos a la deriva, dejar que se comercialicen nuestros productos a precios internacionales… Esto, destacó, es lo más neoliberal de un gobierno, que tanto critica en sus intervenciones. Esto es una política desleal para los agricultores, porque “no estamos en una cancha pareja”, al ponernos a competir contra los productores norteamericanos y canadienses.

Lo que sigue, añadió Álvaro Bours, es que, ante la falta de una política pública que dé seguridad y certidumbre a los productores, algunos han entrado en una etapa de desesperación por colocar sus cosechas. Ante la falta de reglas claras, “las podrían vender al mejor postor”, con pérdidas irreparables.

“Esta situación no se presentaba desde la cosecha de 1990-91, de ver el grano en bodegas e incluso a la intemperie, y no tener un precio y un comprador. Sí, hace más de 30 años que no enfrentábamos esta situación”., finalizó.

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